La empresa
de Enzo había despegado de gran manera, juntos con Vic habían tomado la
decisión de irse del centro, aunque no se decidieron del apartamento, porque
aun les era útil, ya que muchas veces Vic trabajaba hasta tarde y prefería
quedarse en el apartamento, para volver temprano a la oficina, mientras que
Enzo estaba disfrutando mucho más del aire libre, sobre todo desde que se
compro una moto, para poder practicar un poco de enduro, una de sus pasiones, y
aprovechando que vivían en una ciudad al pie de la montaña tenía muchos lugares
para hacerlo. También disfrutaba en su nueva casa de un par de cachorros que habían
comprado como compañía.
Lucia había
vuelta a ascender en poco tiempo ya era encargada de una sección y tenía mucha responsabilidades,
era claramente alguien muy respetada dentro de la empresa, su manera de ser, su
fuerte personalidad la hacía mantener muy fuerte sus objetivos, se puso su sección
a sus hombros. Los fines de semana no salía, no tenía tiempo, y el poco tiempo
lo dedicaba a sí misma, quedarse durmiendo, salir al cine o simplemente a
caminar los domingos a la tarde. Casi no salía con sus amigos, y a las únicas fiestas
que iba eran a las que tenía que ir por obligación, ya que eran eventos
oficiales de la empresa.
Una vez al
mes o más, ella desaparecía unos días, no contestaba el teléfono ni estaba
conectada. Simplemente no quería que nadie de su entorno supiera su relación.
David y Gabi son casi los únicos cómplices, de la relación, hasta Enzo estaba
por fuera de todo, sobre todo David omitía ese detalle dado a que la relación
de este con Vic, estaba desgastándose mucho.
Enzo pasaba
mucho tiempo en una pista de motocross cercana a su nueva casa, disfrutando de
su nuevo hobby, dedicándole más tiempo en su rutina, incluso más que a su
esposa, mientras Vic, muchas veces no volvía a la casa en las afueras que tanto
había deseado Enzo, en cambio se quedaba en el departamento del centro, porque
era mucho menos el tiempo que demoraba en ir ahí, hasta la oficina.
Lucia estaba
feliz de nuevo, eso le decía a su amiga, que hacía mucho tiempo que no estaba
tan feliz, tenía una doble vida, una en la cual era una ejecutiva ambiciosa,
perseverante y emprendedora, y en la otra para la que tenía que viajar cientos
de kilómetros de distancia, se convertía en una adolescente enamorada, de un
músico que con su guitarra desnudaba su alma, que más allá de los tatuajes o el
pelo largo y enredado, era un chico tierno, dispuesto a cuidarla, divertido,
luchando por mantener la hermosa sonrisa de ella, esa sonrisa que inspiraba
cada nota, cada armonía, y despuntaba todo en el más hermoso e increíble solo.
David lo
noto cuando un tiempo después de la gira
se volvieron a juntar, eligieron un bar, este lamentaba que su amigo no
estuviera, pero también estaba aliviado porque sabía que Lucia iba a estar
presente. Cuando esos dos se juntaban cosas extrañas pasaban y esa noche le convenía
a su banda, especialmente a su guitarrista que no pasaran.
La banda
empezó a tocar, con la misma potencia de siempre, un gran tema detrás de otro,
la fuerza de líder de David estaba más afirmada, su escudero en la guitarra que
jamás lo dejaba de sin ese fuerte apoyo.
Cuando David anuncio un nuevo tema, el guitarrista, tomo el micrófono y
dijo “por mi parte quiero dedicarle este tema a Lucia la chica que me está
cambiando la vida”, el tema empezó totalmente distinto, con una potencia
bastante fuera de lo normal, la guitarra estaba totalmente firme, y cuando
llego el tiempo él solo, él le hizo una seña a David para que le diera una
libertad extra. Para sorpresa de David, el nunca miro la guitarra durante el
solo, simplemente le clavo los ojos en Lucia, e hizo el solo de guitarra más
increíble que ninguno de los presentes había escuchado, fue un momento mágico,
un momento similar a los que solo había vivido en ocasiones con Enzo.
Después de
que todo terminó se juntaron, pero Lucia y su novio se fueron lo más rápido que
pudieron, querían aprovechar el poco tiempo que tenían y se escaparon para la
granja de él en las afueras.
Lucia, el
lunes a la noche estaba volviendo de nuevo a su vida, para nada rutinaria,
llena de trabajo para hacer, con poco tiempo para pensar en otras cosas. Pero
al llegar a la casa, lo primero que hacía era salir a correr o hacer algún tipo
de ejercicio si el tiempo no se lo permitía, después de bañarse, miraba el
informativo, para después conectarse y hablar con su novio vía video llamada.
Era muy
común que complementaran esas video llamadas con alguna escapada de fin de
semana, muchas veces preferían lugares equidistantes de donde ellos vivían
donde no cupiera la posibilidad de cruzarse con alguien conocido.
No se
animaban a formalizar del todo su relación, dado a la vida tan diferente que
llevaban y a la distancia que los separaba, simplemente se limitaban a
disfrutar cada momento que tenían, que no eran muchos pero sumamente intensos y
apasionados.
Estaban
caminando por la costa esperando el atardecer, no eran de hacer mucho eso,
ninguno de los dos era de esas cosas, pero ese fin de semana era para los dos,
y estaban probando distintas cosas que les gustaban u otras que no tanto,
buscaban intentar ser más una pareja.
Sentados los
dos frente al mar, ella le decía que no sabía si formalizar la relación, ya que
casi nadie fuera del circulo de la banda sabia que ellos dos estaban saliendo,
tenia cierto miedo, que él se lo respetaba, el nunca se había metido en una
relación, ninguno de los dos quería salir lastimado, y sabían que tenían que
trabajar mucho para que fuera una relación estable y duradera.
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