La situación entre
Vic y Enzo se volvió insostenible, no saben bien porque pero decidieron
terminar en buenos términos, él se quedo con la casa de las afueras de la
ciudad, con todo lo que había en ella, incluidos los perros y por supuesto la
moto de Enzo, mientras que ella se quedaba con el apartamento del centro, el
auto que compartían decidieron venderlo y repartir las ganancias. La empresa
era totalmente de Enzo por lo que no se vio afectada, a ella tampoco le
interesaba. Firmaron los papeles, se dieron la mano y cada uno emprendió camino
por su parte.
Enzo pasaba gran
parte de su tiempo libre en casa con sus perros, en la pista, o buscando
aventura por las montañas en la moto. David estaba ahí nuevamente para contener
a su amigo, pero algo que le llamaba
mucho la atención era que después de casi dos años de matrimonio, no estaba tan
mal, como si no lo hubiera afectado, el recordaba a su amigo, aquel que había roto con su novia y estaba
totalmente deprimido, ese no tenia nada que ver con este hombre que estaba
viviendo su vida. A pesar de que si sentía la falta de una mujer a su lado, iba
a ser difícil alguien que igualara al menos a Vic en todos los sentidos, pero
Enzo tenia a sus perros, su moto, su camioneta, su empresa y una libertad de
la que nunca había disfrutado de esa
manera, además que estaba su amigo del alma siempre cerca.
Si bien Enzo sabía
que Lucia estaba saliendo con alguien y era serio, él no sabía quién era, y
parecía no interesarle, mientras ella aun tenía dudas de cómo reaccionaría el,
por alguna razón que ella no lograba entender eso le seguía preocupando mucho
aun.
Enzo llamo a David,
para invitarlo a una carrera un fin de semana, mientras que a Gabi le pidió que
se hiciera cargo de su casa y de los perros por ese fin de semana, lo cual
ambos aceptaron sin problemas, pero tampoco le dijeron que el viernes a la
mañana casi a la misma hora que ellos partían estaba llegando Lucia a la
ciudad.
Mientras Enzo y
David pasaban un gran fin de semana en la montaña en una competencia regional
de enduro, al que Enzo quería ir incorporándose, tomándose muy enserio su
hobby, con ellos dos había ido también el mecánico que preparaba la moto, y
entre los tres hacían de las suyas, ya que este último era el más fiestero
de los tres, David era quien aportaba
seriedad al grupo como hombre casado que era, pero no demoraba mucho en entrar
en confianza con todo el mundo. Enzo mientras estaba una nueva faceta en él, la
de piloto, por alguna razón cuando arriba de la moto, se ponía el casco,
ajustaba los guantes y con las antiparras listas, él se transformaba veía el
mundo de otra manera y cuando tenía que acelerar lo hacía sin miedo, como si
toda la vida lo hubiera hecho, se sentía muy bien haciéndolo.
Mientras Gabi
recibía a Lucia, las amigas tenían el fin de semana para ellas solas, otra vez
como le gustaba a ambas, Gabi no tuvo opción que llevar a Lucia a la casa de Enzo,
mientras esta alimentaba a los perros, Lucia recorrió parte del lugar,
sorprendida de lo tanto que había logrado el estando ahí, hasta le entro
nostalgia sabiendo que muchos años antes, ella había tenido mucho que ver, para
cambiar el curos de la vida de él.
Hasta el momento
Enzo se había refugiado de todo lo que le causara dolor de su divorcio. Ni
siquiera con su gran amigo había hablado mucho al respecto y el así lo
respetaba, era la manera de ser de ambos, ya se conocían lo suficiente.
Después de que
volvieron de la carrera, decidieron hacer una comida para festejar. Ya lo habían decidido en el viaje de vuelta, por
lo que David llamo a Gabi, para que no hiciera planes para el otro día. Y como seguramente dormiría todo
el día, ella sería la encargada de las compras, cosa que pasaba la mayoría del
tiempo.
Como la comida iba
a ser en la casa de Enzo, y Gabi tenía una copia de la llave, después de pasar
por el supermercado, ambas se fueron para ahí, no dieron mucha importancia en
un principio a el detalle de que Lucia conocería la casa donde él vivía solo,
pero cuando llegaron, le sorprendió lo que Enzo había logrado, lo linda que
estaba la casa y que grande están los cachorros, que poco tenían ya de
cachorros.
Mientras Gabi
estaba en la cocina guardando las bebidas en la heladera, Lucia se dispuso a
recorrer un poco la casa, que no era muy grande, pero estaba llena de cuadros
por todos lados, muchas fotos de Enzo en distintas situaciones, sus distintos
logros, sus amigos, sus perros que eran casi la mitad de las fotos que había en
la casa. Entre tantas fotos se logró reconocer en algunas, las más viejas, las
que estaban en grupo, no las que estaban solos.
Después de hacer la
recorrida, Lucia le pregunta a Gabi si no habría problema si invitaba también a
su novio, esta no puso ninguna resistencia, supuso que Enzo no haría problema,
ya había pasado suficiente tiempo, como para haber superado el tema.
Salieron de ahí, y
volvieron a la casa de Gabi a esperar a
David que ya había avisado que estaban llegando. Enzo estación frente a la
puerta del edificio donde vivía David,
para que este se bajara, y continuo hasta su casa, antes paro a dejar a su
mecánico, que por otros compromisos no podía reunirse con ellos.
Enzo se bañó, y se
puso a aprontar la parrilla rápidamente a la espera de que llegaran sus
invitados. El tiempo había cambiado, pero algunas costumbres nunca cambiaban,
por lo que David cuando llego, no se molestó en llamar a la puerta,
directamente abrió y entro, a lo que todos lo siguieron, a nadie le extraño esa
actitud de él, era algo totalmente característico.
Enzo sabía que
Lucia estaba con su novio pero no sabía quién era, también conocía al
guitarrista de la banda de David, que él estaba saliendo con alguien, pero
tampoco la conocía, su sorpresa fue grandiosa cuando los vio. Saludo a ambos
como siempre, hizo alusión a que hacía mucho tiempo que no la veía a ella.
Los temores de
Lucia a la reacción de Enzo quedaron desestimados, él no le importó verla en
pareja, o demostraba que así era, inclusive diciendo varias veces que hacían
una buena pareja. Pero esa noche la estrella era Enzo y David que no paraba de
contar anécdotas respecto al fin de semana que habían pasado, en cuanto a las
promotoras todas las culpas las asumía Enzo que como único soltero del grupo
cargaba con toda la culpa, en este caso con mucho gusto.
Terminaron temprano
la noche, estaban algo cansados algunos, y otros además tenían que trabajar,
las dos parejas se fueron por su lado, mientras David y Gabi se fueron a su
casa, Lucia y su novio se fueron a la casa de él.
Estando Lucia y su
novio en la casa de él, este le planteo la idea que estaba rondando en su
cabeza desde hacía ya mucho tiempo. Él quería casarse, pero ella tenía sus
dudas, le dijo que era algo que no podía decidir a la ligera, no estaba segura,
tenía que pensarlo, porque tenía una vida lejos de él, y ambos tendrían que
cambiar muchas cosas. Él lo tomo muy bien, entendió lo que ella le planteaba,
era algo que había considerado y por lo que no había optado por una proposición
romántica, sino una más meditada.
Después de que
ambas parejas se fueron, Enzo se fue a dormir de inmediato, pero no pudo
dormirse rápidamente, se quedó pensando en Lucia, por alguna razón no podía
sacársela de su mente, se acababa de divorciar, pero le afectaba más verla a
ella con otro, que lo que le había afectado el divorcio, por alguna razón no
podía sacársela de la mente.
Los días
continuaron, Lucia y Gabi iban por el local de Enzo, por la espera de que sus
respectivas parejas terminaran sus jornadas laborales, donde conversaban de
todo un poco, como viejos amigos que eran.
En un momento,
quedaron solos Lucia y Enzo, mientras Gabi iba a buscar el auto, él no se pudo
contener, como sabía que ella se iba ya para el aeropuerto y que no la iba a
ver en mucho tiempo, le dijo todo lo que sentía, que ya había logrado lo que
tenía que hacer ahí y que estaba dispuesto a dejarlo todo, para casarse con
ella. Ella lo miro a los ojos, sabia cuan en serio hablaba él y que por eso
tenía que ser totalmente franca. Le dijo que no estaba preparada para
comprometerse, que ya su novio también se lo había propuesto y que ella lo
había rechazado.
Salió, dejando a
Enzo con cara de no saber qué hacer otra vez.
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