lunes, 28 de marzo de 2011

CAPITULO 8 LA MEDIA NARANJA

Luz era una chica común, amante de los deportes y la música, bastante adicta a estar conectada a internet hasta por horas. Siempre fue una chica que nunca le falto nada, no era rica pero el trabajo que tenia le permitía darle a toda la familia una buena vida, sin que nunca le faltara nada y pudieran darse la mayoría de los gustos.
Desde chica Luz jugo en el club del barrio, empezó con futbol infantil pero enseguida se paso al hockey, donde desde el principio demostró cualidades para el deporte, su familia siempre la alentó a seguir practicando el deporte que mas le gustaba, siempre y cuando respondiera en los estudios.
Un día conoció a través del chat a un amigo de un amigo de un amigo, que pensaba radicarse en su ciudad, la amistad surgió espontáneamente, a Luz le divertía mucho hablar con su amigo de internet Enzo, cuando el se fue, después de que el se estableció lo primero que hizo a la noche fue salir y se encontró con ella, mientras conversaban, en un pequeño restaurant, se dieron cuenta que la amistad podría ser algo mas, y no dudaron en llevar su relación a algo mas, ya que no tenían nada que perder, y el ganaría alguien para no estar tan solo, sino que estaría muy bien acompañado.
La relación empezó muy discretamente, el siempre iba a los partidos a verla, a la salida de los entrenamientos y la acompañaban hasta cerca de su casa. Pero eran los fines de semana cuando ellos podían estar juntos sin preocuparse por nada, y que nadie los viera.

No fue hasta el cumpleaños de ella, un mes después de que ya salían y que Enzo estaba trabajando que conoció a la familia. Enzo estaba algo nervioso al respecto pero Luz le decía que no tenía nada de qué preocuparse, y tenía razón, en la familia de ella lo aceptaron rápidamente, a la semana estaba yendo a la casa de ella casi todo el tiempo, la madre de ella casi que lo adopto, si podía le daba el gusto con la comida las veces que fue a cenar, tenían total privacidad en la casa de ella, y ella no tenía problemas en ir a la casa de ir.

La relación entre ambos se formalizo muy rápido, principalmente porque Enzo estaba solo, ella era su apoyo, la única en quien realmente confiaba y la cual lo ayudaba a integrarse a la sociedad. Una ciudad nueva, un país nuevo, una vida totalmente nueva y ella lo estaba acompañando a empezar.

Luz trataba de hacer lo mejor posible las cosas, estaba totalmente centrada en la posibilidad de poder tener una carrera en lo que respecta al hockey, además sabía que no podía descuidar sus estudios, savia que dejar al azar su futuro en caso de que lo del hockey no funcionara no era una posibilidad. Se esforzaba mucho para terminar su último año de secundaria, para hacer un curso de administración de un año, eso le daría las herramientas para heredar la empresa de su padre que era su plan B o plan principal para cuando tuviera que retirarse. Lo que ella no había tenido en cuenta era a Enzo, pero él no toco sus planes sino que los afirmo, dada la manera que tenía el de pensar, la apoyo desde el principio.

En la familia de Luz todos apoyaron la relación de ellos desde el principio, fue quizás el hermano mayor, (Luz era la única mujer y la menor de cuatro hermanos), quien opuso mayor resistencia a la relación, era algo nacionalista y el hecho fuera mayor que su hermana, pero muchas cosas hicieron que lo terminara aceptando. El respeto que Enzo mantenía con la familia de ella, la similitud en los gustos por los deporte, los llevo a que no solo el supero la resistencia de sus cuñados sino que también, se hizo amigo de todos especialmente del mayor que era quien lo resistía mas.

El padre de Luz era un hombre trabajador, muy dedicado a su familia, siempre apoyando a su familia, a pesar de haberse convertido de joven en un ejecutivo importante de una empresa de importaciones local, la cual había crecido mucho en los años de que el habías estado en cargos importantes. En ningún momento le negaba nada a sus hijos, cada cosa que pedían se las daba, pero les hacía sentir que tenían que ganarse, pero era Luz su debilidad, la más chica y la única mujer.
La madre de Luz, era una madre dedicada a su familia, ella era profesora de literatura, pero hacía muchos años que no ejercía su profesión, el buen pasar económico de su esposo, le daba la posibilidad de poder dedicarse a sus dos pasiones, la escritura y su familia. Ya se encontraba por su cuarto libro, esperaba que pudiera seguir con la racha positiva de ventas que venía llevando con sus anteriores que le habían dado cierta fama en la región. Pero a pesar de dedicar mucho tiempo a la escritura, pasaba mucho tiempo apoyando a sus hijos, alentándolos, era el apoyo de toda la familia, una persona totalmente feliz con su familia, que a pesar de ser grande en cierto sentido era muy unida.

Luz tenía el ambiente propicio para desarrollar cualquier actividad que le gustara, apoyo familiar, y una gran educación, en cuanto a valores y dedicación para lo que hacía.
En Enzo había encontrado a alguien especial, alguien con quien contar siempre, era más que una persona con la que salía y tenía una relación sentimental, el era más maduro y tenía más experiencia de vida. El era quien le aportaba seriedad a la pareja mientras que ella era la alegría, la desfachatez, ambos sentían que se complementaban completamente.

Después de formalizar la relación antes los padres de ella, al muy poco tiempo ella empezó a quedarse mucho tiempo en la casa de él. Era muy común de que ella fuera a su casa, primero los fines de semana para que no tuviera que viajar desde el centro a las afueras de la ciudad ella sola, por lo que los padres de ella lo consintieron en un principio. Pero la quedada de los sábados se convirtió en quedada de los fines de semana, y alguna que otra entre semana, con la escusa de que el tenia mucho desorden y alguien tenía que limpiar. Ella además le cocinaba, y lo incentivaba a convertir lo que hasta la llegada de ella, era un caos, en un hogar acogedor. Lo estaban convirtiendo en un hogar para ambos. En cuanto a la decoración de la casa ella hacía y desasía a su antojo, el no decía nada mientras en las remodelaciones no tocara ni la computadora, ni la tele y mucho menos la PlayStation, era lo único prohibido para ella, pero a pesar de no gustarle los juegos de consola, había terminado por aflojar y jugar una que otra vez.
Como pareja gustaban mucho de salir a cenar, o a bailar, aunque no bailaban mucho, disfrutaban mucho del ambiente al que iban generalmente con amigos, cuando salía a bailar lo que no era muy común especialmente en Enzo, que no era de los más adeptos a los lugares multitudinarios.

A ambos les costaba hacerse lugar, Enzo tenía su trabajo, Luz sus estudios y su deporte. A los dos les llevaba mucho tiempo sus actividades, pero disfrutaban el tiempo juntos, a pesar de que se le dificultaba a el poder verla en sus partidos pasaba mucho tiempo extra para compensarlo.