martes, 21 de diciembre de 2010

CAPITULO7- UNA NUEVA VIDA

Enzo ya estaba logrando establecerse, la empresa lo estaba ayudando mucho para estar acomodado en la ciudad, un pequeño apartamento, le servía de hogar, tenia pocas cosas, una cama, una especie de mueble que usaba como ropero, una tele pequeña y usada que compro a muy bajo costo, unas tres sillas y un mesa, todo eso ocupaba la parte del mono ambiente mientras que una pequeña cocina y un baño. En su trabajo a pesar de que tenía que viajar para poder concretar las ventas a los clientes más importantes el tenia su propia oficina, no era grande, pero entraban su escritorio, una cómoda silla donde él se sentaba y dos al otro lado para recibir a sus clientes o a quien fuera a visitarlo. Tenía su computadora, que a su vez esta también estaba conectada a un televisor en una pared lateral de la oficina, el cual en muchas ocasiones le serviría de pantalla proyectora para mostrar algún producto a sus clientes, sobre su escritorio había un gran desorden de papeles, no podía ser diferente, ya que era algo muy normal en el desorden lo seguía acompañando en cada jornada laboral, tenia un pequeño portarretratos con la foto de sus amigos, la ultima noche antes de irse y una de su familia. Tenía dos cajones en su escritorio, en uno guardaba algunas cosas papeles sobre todo y solía caer su agenda cuando no se la llevaba a casa, pero el cajón superior tenia llave, la cual la única persona que tenia acceso era el mismo. En ese cajón además de documentos sumamente importantes guardaba una pequeña caja con un candado también para mayor seguridad, ahí se encontraba su secreto, ya que lo tenia más seguro ahí que en su casa. Tenía una colección importante de fotos de sus momentos con Lucia, la carta de despedida de ella, una copia de una canción que siempre le hacia recordarla. Esa pequeña capsula del tiempo, que tenia guardada y escondida solo para el, lo mantenía fuerte, y lo ayudaba a no olvidarse de que no dejaba de amarla, a pesar de que en el momento justo en el cual Enzo estaba mirando una de esas fotos, perdiéndose en un recuerdo, cuando sonó el celular, Luz, la chica con la que había empezado a salir, le avisaba por mensaje que salió del colegio, pasaba a buscarlo para estar juntos un rato antes de que ella se fuera a su entrenamiento. Ese mensaje lo saca de su letargo, vuelve al mundo de los mortales, se dispone a contestarle de que la esperaba cuando suena el teléfono, era su jefe, había surgido una reunión importante para después de hora, no le comunico el motivo, pero si que era totalmente indispensable que el estuviera ahí, por lo que se vio obligado a escribirle nuevamente a Luz, de que quizás el la buscaría a la salida de su entrenamiento si le fuera posible.
Enzo no estaba muy feliz de tener una reunión un jueves después de hora, era el momento de la semana donde podía estar más tranquilo con su novia, la cara de descontento era muy evidente, por la cual su jefe bromeo cuando lo vio al entrar diciéndole “Pibe cuando te diga cuanto ganamos de seguro vuelve tu sonrisa”.
La reunión tardo cerca de dos horas en la que se determinaron estrategias para atacar un nuevo mercado, en el que Enzo tendría la tarea de ir a los mercados, para abrirlos y convertirse en líderes en esa zona. A la salida Enzo le pidió a uno de sus compañeros que lo llevara hasta el club ya que a este compañero le quedaba de pasada, cuando llego las chicas ya estaba saliendo, Luz lo estaba esperando y lo miro, con ternura, con esa mirada con la cual había conquistado a Enzo y lograba que el hiciera lo que ella quería. El se le acerco, pero ella corrió hasta el, no se habían visto en todo el día, salto a abrazarlo y lo beso. Salieron caminando hacia la casa de ella, no quería parar porque a Enzo no le daba demasiada seguridad pasar por ahí, y aunque Luz había vivido en el barrio desde pequeña, el insistía en que tenía que tener cuidado y cada vez que salía de entrenar tarde la acompañaba para estar mas seguros, eso era algo que a los padres de Luz les agradaba de Enzo.
Caminaron y se sentaron en los escalones de la entrada de la casa de ella a conversar, era tarde el estaba cansado y no iba a entrar. La despidió ahí espero a que ella entrara y se fue a tomar el bus de vuelta a su casa. Tenían la rutina bien entrenada, después de que él se fuera, ella entraba se bañaba cenaba y lo llamaba, si no había perdido el bus el ya estaría llegando a la parada de su casa y hablarían un rato hasta cuando llegara al apartamento, cortarían y seguirían hablando por la computadora después antes de acostarse ambos.

El sábado, Enzo volvía de un viaje de negocios, muy feliz ya que había podido concretar un negocio importante, una gran venta, lo que significaba su ascenso definitivo como principal vendedor de la empresa. Había abierto el mercado que su jefe le había dicho, su avanzada fue agresiva desde el comienzo, obteniendo mejores resultados de lo que esperaban, vendió en tres días, lo que habían estimado vender en quince.
No había terminado de cerrar la puerta de su casa cuando tenía una llamada, era su jefe, había recibido las planillas de ventas, que le había enviado por mail, ya las había revisado, y estaba muy feliz, quería invitarlo a cenar para felicitarlo, pero Enzo se excuso ya que se bañaba y salía para el partido que estaba por jugar Luz, hacía mucho tiempo que no podía ir a verla jugar, pero este hombre era un tipo muy insistente y si quería invitarlo a cenar lo iba a lograr, por lo que Enzo, a sabiendas de eso propuso salir después del partido.
Cuando llego se sentó en el mismo lugar de siempre, para su sorpresa, vio a su jefe con los padres de su novia, en ese momento se daba cuenta que había un detalle que podía llegar a ser importante y él había ignorado, que era que sus suegro y su jefe eran buenos amigos, en cuanto lo vieron le hicieron señas para que se sentara con ellos, para poder mirar el partido. Los tres miraron el partido conversaron, aunque Enzo estaba un bastante distraído mirando a Luz jugar, ella había alcanzado verlo lo saludo y eso pareció afectarla porque estaba jugando mejor que nunca, llevando su equipo a una impresionante victoria, aplastando a su rival tanto como en el juego como físicamente, Luz parecía multiplicarse en la cancha, estaba en todos lados, defensa, ataque, en el medio, animaba a sus compañeras y desmoralizaba a sus rivales, sobrándole tiempo para saludar a su novio en la tribuna.
El padre de Luz estaba feliz de ver a su hija jugar tan bien disfrutando tanto del juego que ella amaba tanto y se dio cuenta en ese momento de que Enzo le hacía mucho bien en su vida.
Terminado el juego el jefe de Enzo se quedo con él a esperarlo, mientras se despedía de su novia por un rato, tendría esa cena de trabajo y después volvería por la casa de ella a buscarla para salir a bailar y pasar un buen rato juntos.
En la cena con su jefe no se hablo de mucho de negocios, solo del viaje del mercado que había encontrado y de cómo había hecho para abrirlo tan rápido, estaba imprecionado con la gran facilidad como vendedor que tenia Enzo, no dejaba pasar oportunidad alguna. Él le explicaba que ese talento a esa edad lo había logrado gracias a su capacidad de aprendizaje de los obstáculos que la vida le había puesto, simplemente había sabido aprender de sus experiencias de vida nada más, para Enzo no era demasiado impresionante, sino que era algo que tomaba con total naturalidad, era su manera de ser siempre había sido así y no veía razón para cambiar.
Después de cenar, su jefe lo dejo de pasada por la casa de Luz, ella lo estaba esperando quería salir con él. Estuvieron conversando un rato en la sala de la casa de ella y cuando fueron a salir el padre de Luz, le ofreció el auto, pero Enzo se excuso diciendo que estaba muy cansado y no quería correr ningún riesgo a chocarlo ni rayarlo, entonces su suegro saco su billetera y le dio plata para el taxi, pero Enzo volvió a rechazar diciendo que no era necesario que el tenia suficiente para los dos, ante la negativa se la dio a su hija que nunca decía que no a unos pesos extras.
Ya era tarde y omitieron la salida a comer que siempre hacían y fueron directo al pub donde se iban a juntar las chicas del hockey a festejar con amigos, tomaron el taxi que habían llamado pero no para ir directo al Pub sino para ir al centro simplemente ya que la casa de Luz no quedaba para nada cerca. En el taxi Enzo le dice que tenía planeado volver a visitar a su familia y amigos, pero que por la fecha que había podido conseguir libre ella no podría acompañarlo ya que era época de exámenes y además se acercaba la definición del campeonato, ella no le molesto eso, sino mas bien le alegro que él pudiera volver ya a visitar a su gente que sabía que la extrañaba.
Como llegaron con mucho tiempo al centro dieron unas vueltas a ver algunas vidrieras caminar un rato tranquilos y esperar que algunos de los chicos llegaran para no entrar solos al pub ni ser los primeros en hacerlo. En cierto momento Enzo quedo mirando fijo una campera, por alguna razón Luz vio como él no le sacaba la vista de encima, sabía que había algo que lo abstraía, cuando le pregunto que le pasaba trayéndolo a la realidad él solo le contesto que le hacía acordar a una vieja amiga. Sin darse cuenta se había sorprendido pensando en Lucia en ese mismo instante, era una campera igual a una que ella solía usar, eso y la conversación de ir a visitar a sus amigos, Lucia incluida, había sido el catalizador para disparar una serie de recuerdos que lo abstrajeron del mundo por unos instantes, pero como él nunca le había mencionado a Luz su ya terminada relación con Lucia y todo lo que habían pasado, para ella quedo simplemente como el recuerdo de una amiga lejana.
Ya en el Pub pasaron espectacular, festejaron mucho, había mucha gente vinculada al club que siempre asistía ahí incluido el dueño del Pub que era dirigente, por lo que el lugar entero estaba dedicado a la victoria de las chicas, desde tragos gratis, dedicaciones en las canciones y sobre todo en el Karaoke. Luz ya la contaba fuera de combate para las conquistas, Enzo se había vuelto muy respetado dentro del habiente del club, y esa noche animaba mucho el festejo con su simpatía, carisma y total falta de talento a la hora de cantar en el Karaoke, aunque lo hacía creyéndose la máxima estrella de la canción, pero sobre todo riéndose de sus horribles alaridos, Luz no sabía si tirarle con algo para que se callara, ya que parecía que estaba matando a un perro, o tirarse al piso porque ya no podía mas parar de reírse, pero casi se muere de amor cuando él le canto una balada que a ambos les gustaba y resulto que salió bastante bien parado resulto bastante romántico sobre todo cuando los presentes acompañaron a coro y con los encendedores prendidos para crear una ambiente a concierto.
Ya pasado el festejo, ambos se toman un taxi hasta la casa de Enzo que estaba más cerca y estaban más tranquilos, para poder dormir todo lo que quisieran el domingo por la mañana. Luz pasó por el baño cuando llegaron y Enzo por la cocina, era como una especie de ritual que tenían sus cuerpos iban con el automático puesto ahí y después ambos se encontraron en la cama para dormir ni bien tocaron la almohada.

domingo, 7 de noviembre de 2010

CAPITULO 6 - VOLVER A EMPEZAR

Para Lucia no fue fácil desprenderse de la ciudad y adaptarse a su nueva vida, no era porque no conocía la ciudad sino por el simple desarraigo. El no tener a sus amigos todo el tiempo con ella no fue nada a lo que pudiera acostumbrarse fácilmente. Pero tampoco tenía muchas opciones, se mudo a una pensión poco antes de empezar las clases, es poco tiempo que tuvo para amoldarse a su nueva vida también fue el que tuvo para empezar las clases y tener todo su tiempo ocupado.
Las noches siempre fueron las peores nunca faltaba algún mensaje de uno de sus amigos o de Enzo, pero el extrañarlos era algo que podía soportar, he incluso podía intercambiar algunos mensajes antes de quedarse dormida por el cansancio que tenia. Acostumbrarse a los tiempos también fue algo de lo que tuvo que luchar por acostumbrarse. Si valía la pena el sacrificio, para ella sí, de hecho no lo veía como un sacrificio sino como un cambio, como algo que tenía que ser un paso adelante para avanzar, y en ese caso también le alegraba que al fin Enzo hubiera podido hacer lo mismo con la suya.

Nunca había tenido problemas para sociabilizar, hizo amigos muy rápido e incluso con un compañero alternaba las horas de estudio con largas horas de charlas y algunas salidas.
A pesar de que una relación estaba floreciendo, Enzo de alguna manera, ya cada vez que hablaba con el omitía el detalle de su nuevo amigo vio, que con el correr de los días se convertía en su novio, pero era una relación algo superficial aunque ella estaba muy feliz al respecto era lo que estaba buscando. Se sentía contenida pero no se metía demasiado en ello, no quería distraerse de sus estudios, así que en cierto sentido todo era perfecto para ella.

Faltaba poco para que Enzo viniera de paso antes de irse y no sabía como decírselo, había algo que no la dejaba tranquila, por alguna razón no encontraba la manera de decirle a el que ella tenía una relación, sentía como si de alguna manera lo estuviera traicionando. David iba a tocar uno de esos fines de semana, ahí tenía que tener cuidado y si había alguien que le contaría todo a Enzo ese sería el.
Lucia fue al pub esa noche , presentándole su nuevo amigo a los viejos, no paso nada extraño esa noche, David, aunque ella no dijo nada en especial, se dio cuenta de que algo había por ahí, pero si ella no decía nada el tampoco lo haría sean cuales fueran sus razones, el no podía hacer nada al respecto.

David le dijo que al siguiente fin de semana le harían una fiesta de despedida a Enzo y que ella no podía fletar. Lucia dudo, sabia cuanto quería David que ella fuera poro tenía sus dudas, iba a ser duro para ella.
Se quedo todo el domingo pensando en eso, no salió, se aisló totalmente del mundo, su novio la llamo pero ella le pidió que quería estar sola ese día, en la conocía y no quiso insistir ni contradecirla. Paso tumbada en la cama la mayor parte del día, en un momento dado abrió uno de los cajones de su escritorio y saco ese sobre grande donde había guardado todas las cartas que Enzo le había escrito, sabía que ahora se iba y podía perderlo para siempre.
Se sentó en la cama, puso un compilado, que Enzo le había grabado, en el reproductor y saco todas las cartas del sobre para ir leyéndolas una a una en orden cronológico. Estaba triste, no podía negarlo, pero algo tenía que decirle, así que agarro la lapicera y un cuaderno, se puso a escribir, tachones, arreglos, cosas que iban venían, no paraba de escribir a cada minuto, escribió mucho, le parecía demasiado, el reproductor empezaba una y otra vez la lista de reproducción, pero ella seguía escribiendo, leyendo y alguna lagrima caía.
Casi se durmió ahí, junto todo y se acomodo en la cama abrazando el sobre con todas las cartas de Enzo adentro, esperando que sonara el despertador para levantarse y empezar otra semana de estudio, pero además era una semana en la que tenía que preparase mentalmente para enfrentar a Enzo casi por última vez. Paso la semana algo distraída apartada de todo, una simple reunión para despedir a un amigo se había convertido en algo más para Lucia, se daba cuenta que Enzo era algo más que un ex, algo más que un buen amigo y aunque ella había decidido terminar la relación, y estaba feliz porque el estaba siguiendo sus propios sueños, haciendo su propia vida, pero una parte sabia que iba a extrañarlo mucho.
Si bien su novio se había le había dicho que quería acompañarla, y de paso conocer a sus amigos, ella le pidió que no, poniendo alguna extraña escusa que pareció convencerlo o eso le demostró a ella, Lucia nunca había blanqueado con él la relación que había tenido con Enzo solo lo menciono como un gran amigo, y así quería ella que continuara.

Llego el viernes a la noche y Lucia partió para su ciudad, era un viaje de casi tres horas, llegaría casi a medianoche, de esa manera se aseguraba de que nadie la viera no tenía intenciones de que la gente que la conocía supiera que había llegado y mucho menos que Enzo supiera, durante todo el camino, desde la pensión donde vivía hasta la terminal, durante el tiempo que estuvo esperando para salir y todo el viaje, no hizo otra cosa que buscar escusas y tomar coraje para al otro día poder ir a la comida sabía que no podía perderse eso y no lo haría, pero una parte de ella tenía mucho miedo de perderlo para siempre no podía resistir saber que era la última vez que lo vería.
Llego a su casa la estaban esperando, comió algo tenía mucha hambre y se fue a la cama, solo le pidió a sus padres que no quería que nadie se enterara que estaba ahí, se fue a dormir temprano estaba muy cansada esa semana había sido agotadora y hacia ya muchas horas que estaba levantada además de que el viaje la dejaba muy agotada.
El sábado se levanto temprano, desayuno con su madre, llevaba demasiado tiempo sin hacerlo para su gusto¸ charlaron mucho de todo un poco, y después Lucia se fue a la casa de su amiga a visitarla de sorpresa, era de esperar que David también estuviera, cosa que paso. Cuando Lucia golpeo la puerta nunca se espero que fuera David quien abriera la puerta, el pego un grito al verla y la abrazo, su amiga también empezó a abrazarla, se quedo toda la mañana ahí, lo primero que sus amigos le preguntaron es si iría a la fiesta de la noche pero ella no estaba segura de querer hacerlo, así que sus amigos se pasaron toda la mañana tratando de convencerla, ya cerca del mediodía y mensaje de su madre mediante se volvió a su casa, les dijo que asistiría a la fiesta, pero todos sabían que no estaba para nada convencida de lo que estaba diciendo sino mas bien era algo como una obligación. Después de almorzar se quedo en su casa hasta mitad de tarde y después fueron con su madre a la casa de su abuela a tomar mate. Pasaron por la panadería a comprar unos biscochos, Lucia periferia algunos dulces pero su madre y su abuela los salados así que tuvieron que compartir y comprar uno poco de todos. Lucia estuvo hasta bastante entrada la noche en casa de su abuela, a pesar de que su amiga le mandaba muchos mensajes para que fuera a la comida temprano ella, dilataba su ida primero y siguió por ignorarlos, ante esta actitud su amiga desistió, sabía que iría o le costaría ir, sino ella misma iría a buscarla.
Lucia volvió con su madre a su casa y se fue directamente a su habitación se tumbo en la cama y busco un millón de escusa para no ir y otras tantas para sí ir. Tenía la carta que le había escrito a Enzo en su mano la leyó unas quinientas veces, su confusión no podía ser mayor en ese momento, daba vueltas en su casa, hasta que opto por bañarse y salir ya bastante tarde después de que le llegara un mensaje que decía “Enzo esta acá y ya pregunto por vos, te vas a dignar a venir”.
Lucia salió caminando muy tranquilamente para el pub donde siempre se juntaban, era el mismo de la primera vez que se acercaron, en el que empezó toda aquella noche que empezaron a salir. Cuando ella llego Enzo estaba con otros amigos afuera conversando él se separo de ellos para saludarla y agradecerle que había ido, a medida que el recorrió los menos de 5 metros que los separaban en ese momento, ella sentía de que su corazón se le iba a salir del pecho de lo fuerte que empezó a latir, podía sentir cada latido mas y mas fuerte, todavía era capaz de perder el aliento por él. El la saludo primero y ella respondió, se quedaron un rato hablando afuera, pero entraron casi inmediatamente, por insistencia de él. Estuvieron conversando mucho tiempo, también con David, ella se quedo todo el tiempo que estuvo con su amiga.

Cuando ya casi no quedaba nadie, Enzo se acerco a Lucia para despedirse pero esta le negó el saludo alegando que se iría con él.
Mientras caminaban ella pensaba sin decirlo que algún fuerte sentimiento seguía estando en ella, y cuando se fue a despedir ella le soltó un “aun te amo”, al oído y mientras este se quedo parado mirándola, ella se fue perdiendo en la oscuridad, con una extraña frialdad, su cabeza no pensaba en nada, tenía la mente totalmente en blanco, pero además tenía un increíble vacio en su interior, sentía que el corazón se le retorcía, no soportaba el dolor que parecía romperle el pecho, cuando llego a su casa, fue directo a su cama y se tendió a llorar sin parar por horas.

Era jueves y Lucia había quedado de ir por la terminal a saludar a Enzo, acompañarlo el poco tiempo que tenía que esperar para el tomar el bus, pero como ella tenía algo que blanquear con él, en cierto modo sentía que lo engañaba al no contarle la relación que estaba teniendo. Se levanto más temprano de lo normal, no paro de escribirle a Enzo mensajes en todo momento, estaba muy ansiosa y muy nerviosa también. Cuando su novio la vino a buscar ya había desayunado y estaba lista para salir, se demoraron un poco en el camino, cuando llegaron el bus de Enzo había llegado hace un rato y quedo más que sorprendido cuando vio a Lucia acompañada. El se preocupo por ella, quiera saber si estaba bien si este chico la cuidaba. Ella estaba preocupada por no verlo en mucho tiempo se le notaba en la mirada, conversaron un buen rato hasta que llego la hora de irse, acompañaron a Enzo hasta la salida del bus, ella lo despidió y mientras el bues salía de la terminal no podía evitar derramar lagrimas muy silenciosamente, ella sabía que lo amaba , sabía que el también lo amaba y que estarían separados por mucho tiempo, pero ese amor desde ese momento oculto y silenciado por la distancia, seria los que los uniría mas aun.

jueves, 22 de julio de 2010

CAPITULO 5 (EL RECORRE CAMINOS)

Enzo sabia que el viaje era largo, estaba preparado, tenia una valija llena de ropa y cosas que necesitaba para comenzar una vida, y otra llena de sueños e ilusiones.

Era un viaje que ya había hecho, sabia que por el siguiente día y medio estaría arriba de un bus viajando, horas y horas, pero sabia también que ese viaje valía la pena. Ahora conocía su destino, y estaba muy ansioso.

Se levanto temprano el jueves, siete y media tenia que tomar un bus, hasta la capital para allí cambiar y salir para su destino.

Lo acompañaron a tomar a la terminal, sus padres no sabían cuando lo verían de nuevo y querían despedirse de el, lo estaba dejando volar, y bien alto era el objetivo que se había trazado pero tampoco estaba tan lejos para cumplirlo.

El Bus salió como siempre tarde, Enzo se acomodo, en el ultimo asiento como a el le gustaba, conecto los auriculares y se puso a dormir, le esperaba un viaje de tres horas. Durmió la mayor parte del viaje, estaba muy cansado, además se había levantado temprano. Dormir, leer, comer y mirar por la ventana del bus, seria lo que le esperaba para la rutina del próximo día y medio que tenia por delante.

Llego a la capital, tenia que esperar una hora y media para esperar a que saliera el próximo bus, no esperaba estar acompañando, así que se acomodo en una silla con todos sus bolsos. Cuando se disponía a tomar el primer mate de la mañana, vio que se acercaba Lucia, acompañada de un chico. Los ojos de Enzo alcanzaron dimensiones dignas de el Libro Güines de los Records, le causo una verdadera sorpresa, no sabia de quien se trataba el acompañante de ella.

Cuando se acercaron ella se apresuro a saludarlo y presentarle a su acompañante, era un compañero de clase con el que estaba comenzando una relación. El chico al ver el mate, se ofreció a comprar algo para comer, y fue al kiosco, dejando solos a Enzo y a Lucia.

-¿Cómo te sentís con el?, fue lo que le pregunto Enzo inmediatamente se alejo.

- Bien es re bueno y considerado, igual es distinto a lo que teníamos nosotros. Fue la respuesta de ella.

La charla siguió, en ese tono, lo que mas lo preocupaba era el bienestar de ella, “quiero que estés bien cuidada ahora que voy a estar lejos”, fue casi lo ultimo, que le dijo antes de que el chico regresara.

La confianza que se tenían era la suficiente, para haber superado el haber tenido una relación entre ellos dos. Y ambos sabiendo que el otro aun tenia sentimientos, respetaban y apoyaban en todo, era una extraña amistad apoyada en sentimientos, mas fuerte que los que tenían los amigos, y que solo ellos estaban logrando que funcionara así.

Enzo se despidió de Lucia y de su amigo, se subió al bus, se acomodo en el asiento numero 19, se sentó en su asiento, acomodo sus auriculares, dejo su mochila en los espacios superiores y la matera entre sus piernas, desde la ventanilla podía ver a Lucia, no dejaban de mirarse fijamente, seria tal vez la ultima vez que se vieran las caras directamente en mucho tiempo. A medida que el bus iba saliendo de su anden y tomando el camino, unas lagrimas comenzaron a caer casi simultáneamente entre ellos. A pesar de que ella había ido a despedirlo con su novio, le regalo un ultimo te amo para siempre, pero además había querido demostrarle otra vez una lección, esa que le venia enseñando desde el día que rompieron, que el tenia que sobreponerse a todo a pesar de todo, que cada uno tenia un destino, sueños y objetivos en sus vidas, aunque estas se habían cruzado en algún momento, fueron casi dos años absolutamente maravillosos para ambos, era momento de separarse, abrir las alas y volar cada uno para su ruta, las cuales estaba muy lejos unas de otras. Pero ninguno de los dos sabía lo que le deparaba el destino, no sabían si esas rutas se volverían a juntar un día, a separarse mas aun, se acercarían o se cruzarían una y otra vez, pero nunca llegarían a ser una solo, como en un momento creyeron. Enzo había tratado de dibujar su camino muy junto a de Lucia, pero ella, no quería un pequeño camino, junto a su autopista, sino prefería ver a pesar de su mayor dolor una autopista quizás aun mas grande que había sido comenzada a construir y no podía quedar sin terminar.

Durante mas de una hora no pararon de llegarle mensajes a Enzo, eran sus amigos y familia, pero la mitad de ellos eran de Lucia. Ella no quería dejarlo solo en su camino, quería mantener el contacto permanente con el, después de todo había sido quizás el hombre mas importante de su vida, quien la había acompañado en el cambio de adolescente a mujer joven, la cuido, protegió, aconsejo y estuvo dispuesto a dejarlo todo por ella. Pero fue su orgullo y el saber cuanto estaba resignado lo que la impulsaron a casi obligarlo a seguir su camino.

El viaje era muy largo el lo sabia, ya lo había hecho una vez, así que no tenia que preocuparse por otra cosa que no fuera ponerse cómodo en su asiento para viajar. A los casi cincuenta kilómetros de viaje, se durmió impulsado por la monotonía del viaje.

A unos kilómetros de cruzar la frontera se despertó, camino un poco, y se puso a sacar algunas fotos, hasta que el bus se detuvo, en la aduana antes de cruzar el puente para hacer todos lo tramites relativos a migración.

Esos eran detalles que a Enzo no le importaban, le quedaba más de medio día de viaje, toda la noche para llegar al mediodía. Así que se fue al free shop a comprar algo para el viaje, daba vueltas mirando todo, sabiendo que solo compraría algo de beber, un poco de comida y como para pasar el viaje también un cartón de cigarros, de los cuales prendió el primero ni bien salio de ahí.

Mientras fumaba se le acerco otro muchacho que viajaba en el mismo bus con el, le pidió fuego, y se pusieron a charlar, de todo un poco, le comento que era un publicista, que iba de pasada para la misma ciudad que el. Como los tramites demoraron mas de una hora, la charla se extendió durante lo que duraron los muy engorrosos tramites migratorios.

Ya en el bus y amuchas horas de haber cursado el puente, de noche pararon a cenar en una Parador de ruta, mientras la mayoría cenaba, el se quedo afuera, con esa fascinación que había tenido de niño de sentarse en la ruta a mirar el trafico nocturno, que por alguna extraña he inexplicable razón lo atraía y atrapaba tanto. Se sentó mirando el show de luces, y la inmensa gasolinera que estaba al otro lado de la ruta que servia como parada de camiones, los cuales no paraban de ir y venir en todas direcciones. Con el celular en su mano evaluaba una y otra vez , porque debía o no llamar a Lucia, lo que finalmente hizo y estuvieron hablando por mas de una hora, hasta que Enzo recodo que necesitaba el crédito para el resto del viaje. Después de que colgó, prendió su luz sobre el asiento y empezó a leer, necesitaba cansar la vista para quedarse dormido lo antes posible lo cansaba mucho ese viaje tan largo y en la noche había muy poco para ver. A la media noche, llego la mitad del viaje, se despertó mientras cruzaban un puente llegando a una de las ciudades mas importantes, se lleno el bus en la Terminal, subió mucha gente, en lo que el no perdió oportunidad en sociabilizar casi inmediatamente, mientras esperaban que sirvieran las bandejas con la cena, saliendo de la ciudad.

A la mañana las primeras luces del sol lo despertaron, aunque el día no era de lo mas prometedor, el se quedo junto a la ventana casi dejando que el tiempo pasara. Tenia la mirada perdida hacia afuera, su mente estaba totalmente aislada de su cuerpo y aunque veía como una película la imagen del exterior, su mente estaba a cientos de kilómetros de distancia, no podía dejar de pensar en Lucia, en David, su amigo, en su familia, todo eso que había dejado atrás, pero tampoco dejaba de pensar en lo que se venia en sus proyectos en su vida, en las esperanzas que tenia para ese viaje, estaba dejando divagar su mente, se estaba permitiendo soñar, pero con los pies en la tierra.

Ese viaje se hacia casi interminable, la innumerable cantidad de paradas que hicieron durante la mañana hacían del viaje muy largo, parecía eterno en algunos momentos.

Enzo tenia poca paciencia a pesar de estar acostumbrado a viajar, pero la impuntualidad era algo que podía mas que el, sabiendo ya que no iban a llegar en hora, y por mas que no tenia que presentarse en ningún lado ese día, eso bastaba para que se pusiera de muy mal humor.

Un par de llamadas para pasar el tiempo, David y Lucia fueron los primeros y los mas llamados, aunque también ellos llamaban a Enzo. El viaje se había hecho mucho mas largo de lo esperado, faltando 200 kilómetros para llegar el bus ya llevaba dos horas de retraso y parecía que iban a ser mas aun .

Parando en una ciudad, iban a tener un tiempo, así que Enzo se bajo, para estirar un poco las piernas y comprar algo para comer, también se compro una revista en el kiosco como para ir pasando el tiempo, los deportes son un tema fácil y entretenido para leer en los viajes, su libro no le había alcanzado, se lo había terminado muy pronto.

Ni bien llego a la terminal, salió a buscar un taxi, que alojarse rápido era la premisa. A tenia un hotel barato en vista, que ya había conocido. Tenia dos días para presentarse en su trabajo, y uno para conseguir al menos una pensión.

martes, 6 de julio de 2010

CAPITULO 4 "UNA DESPEDIDA PARA EMPEZAR"

El domingo fue totalmente nulo para Enzo, entre la resaca que tenia, y la fuerte lluvia, lo que no lo paso durmiendo lo paso tirado en el sillón mirando televisión. Para el lunes tenía todo más claro, sabía que tenía que organizarse, y a pesar de haber terminado con el amor de su vida, de lo que no tenía ninguna duda, estaba mejor. Volvió a trabajar, paso por la panadería a comprar algo para desayunar. Estaba seguro que tenía que volver a empezar, la conversación con Lucia el sábado a la noche le había servido para acomodar las piezas, y ponerle un punto final a la relación, terminarla de la mejor manera, quedaron en no perder contacto y seguir con una amistad, pasara lo que pasara.

Después de su jornada laboral, cansado Enzo en su casa se puso a aprontar el mate, mientras calentaba el agua, se sentó en la computadora, ordenando cosas, encontró una carpeta de fotos, eran de antes de conocer a Lucia, quizás uno de los momentos más importantes de su vida antes de ella.

Eran las fotos de aquel viaje, aquellas 25 horas de viaje solo, y sin música, por un lugar que no conocía para llegar a esa ciudad al pie de la cordillera de Los Andes, aquella ciudad que lo deslumbro, y por primera vez se había sentido en casa, recordaba el momento que sintió que había encontrado “su lugar en el mundo”. Quizás a eso se refería Lucia cuando le hablaba de que tenía que volver a retomar sus sueños.

Muchos meces antes de conocerla Enzo había viajado de vacaciones, a conocer una amiga que había hecho por internet, pero aquel viaje fue más que eso, recuerda como se había sentido, el lugar era hermoso, la ciudad fantástica, la gente maravillosa, pero lo que más le gustaba recordar era aquel marco de una ciudad a los pies de la cordillera. El levantarse, abrir la ventana y ver esa majestuosa cordillera dibujando su horizonte, era algo que valía todo. Incluso intento dejarlo todo y quedarse a vivir allí, empezar de cero en ese lugar, pero muchas circunstancias hicieron que tuviera que volver, eso no lo destruyó del todo, pero lo afecto mucho.

Ahora tenía un objetivo en la vida, fue muy problemático para sí mismo el haber regresado, pero tuvo que superar una leve crisis depresiva, para empezar su viaje. Cuando todo estaba en camino, apareció algo, o alguien que le cambio los planes, fue cuando conoció a Lucia, y le hizo querer olvidarse de sus sueños, o simplemente cambiarlos por otros, ahora lo que más quería era estar con ella para toda la vida. Él le oculto ese viaje y sus sensaciones por mucho tiempo, y no fue por el que se entero ella. Esa omisión le trajo alguna que otra discusión con ella, y en algún punto fue una de las razones que motivaron a Lucia a tomar la decisión de terminar la relación.

Fueron esos recuerdos, y la idea de no soportar verla tan seguido, siendo solamente amigos, que lo llevaron a retomar los planes de viaje que había tenido guardados en el cajón por más de año y medio.

Necesitaba tiempo, despejarse y sobre todo alejarse lo más posible de Lucia, quien era quizás la persona que más lo había marcado. Pero no solo era tiempo lo que necesitaba sino distancia, y era momento de hacer un cambio en su vida, impulsar su carrera que había dejado abandonada, por no creer demasiado en ella.

Pasaron los meses, ya Lucia se había marchado a estudiar en la capital, le estaba costando un poco la adaptación, pero le estaba yendo bien, no perdían el contacto.

El renuncio a su trabajo, tenía ya algún dinero ahorrado, más lo que le correspondía por la renuncia. Con todo ese dinero estaba listo para hacer las valijas, además de vender algunas cosas. Cuando lo económico estaba listo, se puso en contactos con sus amigos, para ir buscando algún lugar para vivir, al menos el primer tiempo hasta que se pudiera ubicar mejor.

Los últimos días, en su ciudad, ya tenía todo listo, papeles de inmigración, ropa, dinero, y todo lo necesario para comenzar una nueva vida, y que pudiera entrar en una valija.

No estaba para nada nostálgico, ni sentía que perdía, al contrario, estaba dando un paso adelante, “nunca se puede ganar en todo, algo hay que ceder a cambio”, era una frase muy común en Enzo, cuando realizaba algún cambio, y perdía algo en el proceso.

Unos días antes, David lo fue a buscar, para dar una vuelta, pero en realidad lo que quería era llevarlo a una fiesta sorpresa, que le habían preparado sus amigos.

- ¿ A dónde vamos?, pregunto Enzo

- A dar una vuelta y después a tomar algo, tenemos que hacer una despedida, te vas del país bldo. Respondió David, mientras ambos subían a la camioneta

No necesito mucho para darse cuenta de lo que su amigo planeaba, aun aunque este nunca le hubiera respondido su pregunta.

No hubo vuelta ninguna, fueron directamente al pub, donde se juntaban siempre, entre todos sus amigos habían preparado una gran parrilla, completa, muy envidiable, y todo tipo de bebidas alcohólicas, dispuestas para festejar., lo que no le costaba nada a ninguno de ellos.

Comieron y tomaron todo lo que encontraron. Con David a la cabeza, llego lo que llamaron la parte sentimental, un pequeño video casero que todos habían armado para despedirse de Enzo y que tuviera una parte de sus amigos con él, de todas las personas importantes para él, solo falto Lucia, ella no quiso estar y al esa altura de la noche tampoco había aparecido, su amiga, no tenía idea de porque no estaba ahí, si le había dicho de que pensaba ir.

Enzo, lo dejo pasar, no quería presionarla, y además ella no estaba obligada a ir, hacia muchos meses ya que habían terminado, si bien seguían en contacto continuo.

Enzo estaba conversando con unos amigos afuera, cuando se acerco Lucia y él se alejo para conversar a solas con ella.

- Hola pensé que no venias. Le dijo Enzo a Lucia mientras le daba un beso

- Casi, pero no me lo podía perder. Respondió ella con una sonrisa

- Buenazo, vamos adentro con el resto, sino te vas a quedar sin comer. Le decía él mientras ponía su mano en la espalda de ella como indicándole el camino.

- Toma, léelo después te lo escribí para vos. Ella le daba un sobre, que el guardo en su bolsillo para leerlo después.

Y juntos entraron con el resto para seguir con los festejos, pareció un dejavu para algunos verlos entrar juntos, a pesar de todo seguían siendo una buena pareja, y ambos habían tenido problemas para poder empezar una relación, de hecho ninguno de los dos había querido, aun teniendo las posibilidades, más que nada en el caso de Lucia.

La fiesta ya estaba terminada, cuando Enzo ya cansado sintió ganas de irse, fue a saludar a su amigo David, quien era el que había organizado todo y seria el ultimo en irse, como era obvio su novia estaba con él, y también Lucia se había quedado para ayudarlos. Después que se despidió de los tres, empezó a caminar suavemente hacia su casa, Lucia lo alcanzo, para acompañarlo un par de cuadras en las que sus caminos coincidían. Aprovecharon para bromear un poco al respecto, en esas pocas cuadras, charlaron de todo lo que pudieron, poniéndose al día más que nada, con la vida que ella estaba llevando en la capital, y lo feliz que estaba de haber empezado su carrera de medicina.

Antes de despedirse, o justo después de darle un beso en la mejilla, ella le soltó casi al oído, un “aún te amo”, quedó prácticamente petrificado, apenas intento balbucear palabra alguna, pero ni siquiera emitió un sonido que pudiera asemejarse a una respuesta, para ella que se dio vuelta y salió cambiando para su casa, no fue necesario, sabía exactamente lo que estaba pasando por la cabeza de él y que no se borraría ese momento por mucho tiempo de la memoria de ambos, sería su último momento juntos, ya que seria quizás la última vez que se veían, o al menos antes de que el viajara.

Mientras ella se alejaba perdiéndose en la oscuridad de las poco iluminadas calles de la ciudad, el se quedo mirándola, el también seguía amándola más que nada en su vida, y no había podido decírselo en la cara, todavía ella tenía la gran capacidad de dejarlo sin palabras, y totalmente paralizado, como el primer día que la conoció.

Se dio vuelta, y salió caminando para su casa que era a una cuadra de esa esquina nada más, lo primero que hizo fue ir al baño, después paso por la cocina, tomo una de las ultimas botellas de agua que le quedaba en la heladera, bebió un sorbo y se la llevó para su habitación, dejo la botella en la mesa de luz, saco una toalla y algo de ropa, para darse una ducha antes de acostarse. La ducha fue más para despejar ideas, que para refrescarse o higienizarse.

Después con la botella en la mano, saco el sobre que le había dado Lucia, el nunca lo había mirado, tenia escrito afuera entre comillas, una frase de la primera carta que él le había escrito “COMO DECIRTELO CON MIS TORPES PALABRAS”, esa era la primera frase de aquella carta que él le había escrito cuando aun trataba de conquistarla, pero la sorpresa estaba adentro, una carta de puño y letra de Lucia, que puso sus mejores palabras para con él.

“Enzo:

Gracias por todo, todo este tiempo juntos, gracias por lo que me has dado. Pienso que es demasiado para alguien como yo, tan común y singular con respecto a las demás personas, sin muchas diferencias con otras minas.

Solo me queda decirte que nunca dejes de luchar por lo que realmente queras y deseas. Porque esa es la simple razón de vivir que todos tenemos. Podemos ser vencidos, derrotados o solo rendirnos porque la corriente es más fuerte que nosotros, pero nunca dejar de luchar. Creo que ese es el mayor símbolo de nuestra personalidad y lo que nos define con claridad.

Continuamente estamos necesitando de personas que nos apoyen en todas nuestras acciones y no solo eso, sino que también nos aconsejan, sabiendo descubrir en nosotros virtudes y defectos. A vos te tengo que agradecer por ser una de esas personas, no solo por el simple hecho de serlo sino de aplicarlo y recordármelo tan a menudo.

Nunca creas que me olvide de vos, es imposible. Haz sido capaz de decirme cosas que ni siquiera yo sabría expresar.

Creo que sea lo que sea, lo que sentís hacia mí ahora, es maravilloso e imposible de valorar en estas pobres y simples palabras.

Aun te sigo amando, con todo mi corazón

GRACIAS

LUCIA”

Termino de leerlo que casi no quedo para hacer nada más, se hecho en la cama, puso un tema de Led Zeppelin, y se quedo esperando dormirse, meditando, sobre su vida hasta ese momento, el y Lucia, y su vida en un futuro inmediato, cuando entre una semana estuviera arribando a otra ciudad, a más de mil kilómetros de donde había crecido, en otro país, pero a pesar de dejarlo todo estaba ansioso.

jueves, 17 de junio de 2010

CAPITULO 3(CUENTAS CLARAS CONCERBAN LA AMISTAD)

Lucia salto de la cama se había quedado dormida, y se le había pasado la noche y se había dormido, vestida y con el celular apagado en el pecho, corrió al baño, no tenía tiempo ni de bañarse, ya estaba llegando tarde, se lavo la cara, una pasadita por agua para refrescarse y despertarse, se vistió, busco su mochila y salió directo al liceo.

Ya todos estaban adentro en clase cuando ella llego, abrió la puerta de su salón, pidió disculpas a su profesara y se sentó en su lugar. La mañana para ella paso sin pena ni gloria, fue casi un zombi todo el día, participio lo menos posible de la vida social del Liceo y se limito a estar de cuerpo presente, porque mentalmente sus pensamientos estaban en algo totalmente distinto, era la cara o la expresión que tenia Enzo la tarde anterior cuando se cruzaron, lo que la había abstraído del mundo por esos momentos. Cuando llego a su casa, apenas comió y se sentó en la computadora, pero al conectarse, le llamo sumamente la atención no ver a Enzo conectado, ya que esa era la hora que mayormente chateaban, en el impase que ella tenía libre entre el liceo y su trabajo en la tienda de artesanías, y el tenia el descanso para almorzar en su trabajo.

Enzo, ese día no dio señales de vida, se reporto enfermo en su trabajo y no salió de su habitación, se estaba hundiendo en una gran depresión, no tenía fuerzas para nada, y estaba perdiendo hasta las ganas de vivir. El cruce con Lucia la tarde anterior lo había destruido, la no expresión de ella en ese momento, lo había dejado con tantas dudas, tantos misterios para el de lo que podría estar pasando por la cabeza de ella. No terminaba de comprender muchas cosas, sobre las razones que ella le había dado para terminar la relación, y en ese momento donde parecía estar tan bien.

Ya pasada las dos, Lucia salió para su trabajo, aparentemente estaba bien, inmutada como de costumbre, pero tenía la mirada perdida, la situación en la que Enzo estaba la tenía muy preocupada, quería mandarle un mensaje pero no se atrevía, así que le mando un mensaje a David, para que hablara con él y lo ayudara.

Ella sabía que a David lo escucharía o por lo menos hablaría con él. En momentos era la única persona con la que Enzo se abría, en esos momentos que lo lastimaban y era cuando más se cerraba. David trato de ir cuanto antes a la casa de Enzo a intentar hablar con él. El mensaje de Lucia fue una llamada de atención para él.

Cuando David llego a la casa de Enzo, entro directo a su cuarto, ya ni necesitaba golpear o pedir permiso, pero como nunca la habitación estaba trancada, solo se podía escuchar las canciones de blues, logro entrar y se sentaron a conversar con su amigo largo rato. El sabia que Enzo estaba mal, y como este lo había ayudado innumerable cantidad de veces, ahora era momento de ponerse a mano, por más que ambos sabían que este no era un favor para ponerse a mano.

David salió de la casa de su amigo, sabiendo que la respuesta a toda la situación, si alguien la tenia era de Lucia, pero antes llamo a su novia, nadie conocía mejor a Lucia que ella, ya que eran amigas desde hacía muchos años, paso por su casa y juntos fueron a la tienda a espera a Lucia. Cuando salió salieron a caminar los tres, y se sentaron en la plaza, charlaron mucho de todo un poco. Pero llegaron a la única conclusión de que Enzo y Lucia tenían que sentarse a hablar, no antes de que Lucia entendiera lo que estaba pasando por su propia cabeza.

Para el viernes, Enzo accedió a salir con David a tomar unas cervezas, no irían a ningún lugar donde fuera mucha gente para no tener que cruzarse con Lucia. La Caverna, era el lugar perfecto, estaba completo de amigos, música tranquila, y no era para nada popular, lo que dejaba relajar a Enzo con respecto a su situación con Lucia.

Lucia vio pasar a los dos chicos, ellos no la vieron, sabía exactamente donde iban, conocía la ciudad, los conocía a ellos y cómo funcionaba la mente de Enzo. Pero ella también quería distraerse y para eso apago su celular, evitando de esa manera caer en la tentación de mandar algún mensaje.

Ni bien llegaron Enzo y David saludaron a todos, David, se puso a conversar con los que estaban en una esquina hablando de lo que harían el próximo carnaval, caja de vino de por medio, a lo que él se sumo. Mientras que Enzo fue se sentó junto a la barra y pidió un Johnny doble, tenía pensado emprender una carrera hasta el colapso, como lo hacía siempre que algo andaba mal, dejaba su total autocontrol para perderlo en el alcohol.

Avanzada la noche, Lucia no pudo controlar su instinto, y mando un mensaje, pero no a Enzo, sino a David. Cuando este lo leyó, sabía que era momento de que ambos se sentaran a hablar de una vez por todas.

Muy callado, salió hacia afuera, “voy a fumar un pucho y a llamar a mi novia”, se excuso frente a uno de los chicos con los que estaba hablando, mientras salía dejando cerrar la puerta detrás de él.

No fue nada mentira lo que dijo frente a su amigo, primero saco un cigarrillo de su bolsillo, lo encendió, y se detuvo unos segundos mientras lo fumaba, tomo su teléfono y llamo a su novia. Le preocupaba, la situación de su amigo y de la forma que estaba tomando esa noche, a ella también le preocupaba el estado de Lucia, ambos como buenos amigos decidieron actuar en complicidad y mantenerse en contacto, casi como una operación comando, coordinando de ahí en adelante cada movimiento.

David sabía que era muy difícil desestabilizar a Enzo, por más alcoholizado que él estuviera, el lograba deducir las cosas, también sabia que se ponía más testarudo que de costumbre y no podría convencerlo de ir al Pub, así que tenía que engañarlo.

Cuando entro de nuevo al bar, le saco el vaso de whisky a su amigo, se lo tomo casi de un trago, a lo que este reacciono.

- ¿Qué haces boludo?, dijo fuerte Enzo

- Nos vamos de “gira”, respondió David

Y salieron los dos, en el auto, yendo por cada whiskería de la ciudad, solo tomando cerveza, escuchando algo de música.

Mientras que las chicas ya se habían aburrido del Pub, se iban para su casa, se encontraron con, la camioneta, de David, en la que obviamente iban David y Enzo.

David y su novia hicieron que parezca un hecho fortuito, después de todos ellos eran una pareja y nadie les podía decir nada. Las chicas iban atrás, pero solo David su novia hablaban, ellos eran muy de compartir su intimidad con sus amigos, y no fue esa una ocasión para ser diferentes, parecían actuar como si nada pasara, como si los otros dos ocupantes del vehículo, que eran sus mejores amigos, no habían terminado una relación de años.

Mientras unos hablaban Enzo y Lucia, miraban para distintos lados, estaban separados solo por la distancia del espesor del asiento del acompañante, pero estaban seguros de no querer hablarse, Lucia súbitamente le pidió a David que se detuviera, para poder bajarse, el no dudo ni un instante en hacerlo, no tenía ninguna razón para hacer lo contrario. Lucia se despidió de todos menos de Enzo, y se bajo, el no era lento, además la conocía bien y a pesar de estar bastante ebrio, noto la señal que ella le había enviado, así que prácticamente cayo del coche al abrir la puerta, le costo reincorporarse pero pudo hacerlo solo, incorporarse y salir caminando en zigzag detrás de Lucia, que iba de brazos cruzados y con la cabeza gacha. David y su novia se había ido inmediatamente, sabían que no tenían nada más que hacer allí, ya los habían ayudado o al menos acercado lo suficiente y era momento de dejarlos solos que solucionaran sus cosas entre ellos.

Como si fuera escrito por el mejor guionista de Hollywood, empezó a llover, de manera bastante fuerte, Enzo se apresuro a ponerle por encima su campera a Lucia para cubrirla un poco y abrigarla, ella no se resistió, pero lo tomo de la mano y lo llevo hacia un techo para poder refugiarse cuando la lluvia comenzaba a arremeter mas y mas.

Ambos se conocían muy bien, sabían, que ella estaba vulnerable en esa situación, que algo la molestaba, y que él en ese estado de ebriedad era más frontal y sincero que nunca, diciendo a veces las cosas que en su lucidez solía guardarse para sí. Por un momento mientras corrían para refugiarse y al llegar debajo del techo, la magia entre ellos dos pareció no haberse terminado nunca, un segundo de miradas y sonrisas mutuas, les basto. El sabia que algo seguía habiendo en ella, pero no podía entender que era lo que estaba pasando por su mente, aun había una barrera, esa que él nunca había podido romper y ahora estaba más fuerte que nunca, por lo que la miro a los ojos, y le hizo sabiendo que ella le respondería, esa pregunta que lo había estado atormentando por tantos días. “¿Por qué?”. Ella agacho la cabeza, no podía soportar mirarlo a los ojos, veía que esa pregunta venia cargada de mucho dolor, ese dolor que él estaba sintiendo, pero le recordó que a ella también le estaba causando dolor, que estaba siendo presa de sus actos.

No despego los ojos del piso, y mirando fijamente sus pies intento explicarlo, sin esperar que él estuviera de acuerdo con la explicación, sino solo para dar su punto de vista, aun así tenia le leve esperanza de que el la comprendiera un poco.

Con voz quebrada, los ojos inundados a punto de estallar en lagrimas y un nudo en la garganta que apenas la dejaba hablar, le explico, que ella había terminado la relación, por lo tanto que lo amaba, y por contradictorio que pudiera parecer, ella no quería que el dejara toda su vida, esa carrera que estaba empezando y esos sueños que él le había puesto antes de conocerla, solo para apoyarla, haciendo al revés de muchas parejas a lo largo de la historia. Ella tan orgullosa quiera triunfar, y esa decisión que ella tenía para sí misma en la vida, era quizás lo que más amaba el de ella, y ya había empezado a acomodar todo para salir atrás de ella, seguirla y apoyarla hasta el fin del mundo, solo para que cumpliera sus sueños, relegando los de el mismo. Pero no pudo soportarlo más, no soportaba recibir tanta atención y corto por el lado más doloroso. A pesar de tenerlo a sus pies, y amarlo más que nada en el mundo, no soporto, ser el centro del mundo para alguien y termino ahí la relación.

Después de terminar su explicación, ella lo miro con esa mirada triste que tanto lo podía, y lo vencía. La entendió y comprendió en cada palabra, solo que cuando ella le pidió perdón, el le dijo que ella nunca le había tenido que pedir perdón por nada en su vida a él y esta no era una situación distinta. La lluvia que hasta ese momento era torrencial se calmo casi de golpe, y ellos salieron caminando, como amigos, como ex novios, como dos personas que se querían mucho, y habían decidido separar sus vidas, quizás por un tiempo o quizás para siempre, pero no distanciarlas demasiado solo estar cerca no juntos.

Enzo cumplió el ritual, de cada domingo de mañana cuando el sol comenzaba a asomar a la salida del baile, y acompaño a Lucia hasta la puerta de su casa. Se despidieron con un beso de amigos, y el dejo correr un susurro en la oreja de ella un leve pero sonante “todavía te amo y siempre lo voy a hacer”, ella cerró los ojos y dejo que su cara se alejara suavemente, pero no se retuvo ese “yo también”, que sentía desde lo más profundo.

Con una extraña sonrisa en la cara el salió caminando de manos en los bolsillos y la frente alta dándole la espalda, rumbo a su casa, mientras ella espero a perderlo totalmente de vista para cerrar la puerta y terminar de entrar a su casa. Aun tenía los ojos vidriosos, cuando estaba ya acostada, le sonó el celular, era Enzo que le regalaba “el último poema de amor”.

miércoles, 9 de junio de 2010

CAPITULO 2(EL COMIENZO)

Enzo, era un chico que tenía un mundo por delante, le gustaba viajar, y estaba rodeado de amigos, pero era muy difícil verlo en pareja, era el eterno soltero, feliz de serlo.

La mayoría de sus amigos conocían esa faceta, pero él la había ocultado que un par de años antes de conocer a la mayoría, su corazón había quedado hecho pedazos y lo había cerrado el creía que para siempre, pero nunca termino de cerrar esa puerta, le dejo una pequeña rendija abierta, para aquella persona que lo llenara por completo.

Nunca espero, ni se imagino que aparecería Lucia, y lo cambiaría de tal manera.

Aquella tarde que caminando dio vuelta la cabeza varias veces cuando la vio pasar, la siguiente vez que la vio estaba saludando a su amigo David, y las ideas explotaron en su cabeza, sacaba cuentas, he ideo miles de manera de acercarse a ella. El que su mejor amigo la conociera era algo que lo favorecía muchísimo.

Los siguientes días David estuvo a punto de matar a su amigo, no lo dejaba en paz preguntándole cosas sobre Lucia, desde cuando, como, que hacía, como era, vida y obra de ella. La única opción que tenia David era presentarlos, hacerlos que se encuentren de alguna manera que apreciara casual, o totalmente premeditada y evidente. Era la única opción para no matar a su amigo, que se tornaba insoportable.

Enzo poco pudo admitir que en verdad se había vuelto a enamorar, era algo que se había prometido a sí mismo no volver a hacer, pero sabía perfectamente que en algún momento alguien que le rompería los planes y esa persona fue Lucia, ella fue esa persona que poco a poco fue desmoronando sus planes, y el no opuso resistencia alguna

Desde el primer momento hicieron una buena amistad, pero Enzo quería algo más que eso, y Lucia estaba muy conforme con esa amistad, ella tenía otros planes en su mente, planes que no involucraban una relación más allá de una amistad con él.

David tenía que tocar esa noche, era la primera noche que saldría con su novia, que por mera casualidad era la mejor amiga de Lucia, lo que Enzo llamo una extraña perfecta casualidad, David convenció a su novia, para que también fuera cómplice y los dejara solo a los dos para que pudieran hablar, también este le contó como confidente, las intenciones de Enzo, y ella amablemente se ofreció a ayudarlos, después de todo quería lo mejor para su amiga y sabia que clase de persona era este chico, y lo mucho que la valoraría.

En el pub, no había mucha gente como era normal, era un lugar chico, y del ambiente del rock, de hecho las chicas era la primera vez que se animaban a ir porque iban acompañadas por David y Enzo que eran de la casa. Cuando llegaron David saludaba todo el mundo, y se fue a conversar con unos chicos que habían llegado de otra ciudad a tocar, mientras que Enzo se fue a comprar una cerveza para compartirla con las chicas, ellas no se sentían cómodas al comienzo, pero él, y otros chicos conocidos que se arrimaban a conversar, las hacían sentir más cómodas, entre algunas bromas, el tiempo pasaba, tocaban algunas bandas, y David andaba de aquí para allá, y cuando podía se quedaba con su novia, lo que para los fines de Enzo era lo mejor. Esa noche la mayoría del tiempo se la paso con Lucia, su amiga, aprovechaba cada minuto para gastarle bromas, acerca de que hacían buena pareja, a lo que ella se sonrojaba y no decía nada más que una simple sonrisa entre inocente y acusadora. Cada vez que podía estar a solas con Lucia, Enzo le decía algún piropo o la integraba con el resto, haciéndola sentir lo más cómoda posible, y demostrándole que con él podía pasarla bien y divertirse

La mayoría estaba esperando a la Banda de David, que era de las más conocidas del ambiente, mientras su novia se quedo con Lucia y Enzo.

Ellos dos ya estaban un poco más cercanos, Lucia estaba empezando a aflojar, se sentía cómoda al lado de él, aunque ya sabía lo que valía

En cierto momento mientras estaba tocando la banda, las chicas estaban medio paso adelante de Enzo, ellas estaban muy copadas con la banda, no cantaban los temas porque no los conocían a pesar de que David le había regalado un CD a cada una. Enzo la miro a Lucia, y puso muy suavemente su mano en la cintura de ella. Ella apenas hizo un movimiento pero no fue mucho, pero a medida que la mano de Enzo iba abrasando ella se arrimaba hacia él, quedando cuerpo con cuerpo, y ella puso su mano sobre la de él, como indicándole que hasta ahí podía llegar, pero que además por ella él se quedaba ahí.

Estaban en el fondo del local, y nadie noto nada, duro un par de minutos nada más, después ella se retiro un poco, pero se dio vuelta para mirarlo y se sonrieron complicemente.

Después de que la banda termino de tocar, Enzo se acerco a David, para felicitarlo, bromear, y tomar algo, como lo hacía siempre. Mientras que Lucia se quedo mas apartada con su amiga, “te pensás que soy boluda, los vi clarito a Enzo y a vos, ya están hasta las manos”, le dijo su amiga a Lucia, justo antes de soltar una carcajada. Lucia miro el techo, después el piso y luego para todos lados, pero no a su amiga hacia evidente toda la situación, pero las amigas no dijeron nada a esto, era evidente para cada una lo que la otra estaba pensando, eran tanto los años de amistad, que apenas con una mirada, ya se entendían a la perfección.

La costumbre en la ciudad era ir a otro Pub, donde iban a bailar a tomar algo, y donde estaba la mayoría de la gente que salía los sábados de noche, a Lucia y a su amiga les gustaba ir a allí por eso Enzo y David, principalmente David habían accedido a ir con ellas. Enzo y Lucia se adelantaron mientras que David se quedo con su novia juntando el equipo.

A mitad del camino o en alguna parte del mismo, Enzo tomo de la mano a Lucia, ella simplemente entrelazo sus dedos y siguieron así nos metros ella le pregunto a donde los llevaba eso, el simplemente la miro y dijo, que ese era un buen punto de partida.

Llegaron al Pub y buscaron otros amigos, ambos se presentaron a el resto de sus amigos, pero ambos dudaron si presentar al otro como novio, amigo o conocido, o como lo hacía Enzo, “te presento a Lucia”, y dejando que cada uno entendiera lo que quisiera cada uno.

Se separaban en algunos momentos en otros estaban juntos, solo o con sus amigos, estaban empezando una relación y tenían el poder en ese momento de ignorar a todo el mundo. En un momento de la noche Lucia se quería ir porque tenía sueño, se acerco a Enzo para despedirse, pero él se ofreció a acompañarla, lo cual ella acepto sin ningún problema, después de todo no le molestaba para nada que él estuviera cerca, la hacía sentir segura.

Salieron del Pub, caminando hacia la casa de Lucia pero, en una esquina no doblaron, siguieron derecho, ese camino les llevaría mas cuadras hacia la casa de ella, ambos lo sabían y ambos sabían que en ese momento lo que querían era estar uno con el otro, no llegar rápido a su casa.

La caminata les sirvió para conversar, ir conociéndose, pero fueron absolutamente escasas las palabras, casi no las pronunciaron, se quedaron callados, en principio era el que hablaba casi sin parar, pero ante el silencio de ella también cayó en ese silencio, y solo dejaron que el tiempo corriera mientras ellos caminaban, se miraban, sonreían, juntos y acercaban sus cuerpos para poder sentirse cada vez más cerca, hasta que llegaron a la casa de Lucia, ya no podían seguir dando vueltas sin sentidos, y el sol empezaba a asomar.

Pero lo que nació con las nuevas luces de ese día no fue un domingo cualquiera, sino fue algo especial entre ellos dos, algo que no sabían en ese momento hacia donde los llevaría, pero estaban seguros, o totalmente ignorantes de les iba a pasar en el siguiente tiempo.

Cuando el sol se hizo ver totalmente Enzo se dio cuente que ya era de marchar a su casa, y dejar descansar a Lucia, pero en el camino no dejaron de mandarse mensajes uno al otro, hasta que uno de los dos quedo dormido y no pudo responder.

El domingo, Enzo se despertó, no había terminado de abrir los ojos, y buscaba a manotazos desesperados su celular en alguna parte de su cama o en las inmediaciones, cuando lo encontró, lo que vio fue un par de mensajes de Lucia que momentos antes había mando algunos mensajes, en busca de señales de vida del otro lado. Casi sin despertarse y antes de salir de la cama él le mando un mensaje, sin saber qué hora era, no se dio cuenta que ya era mediodía, y mucho menos pudo suponer que ella estaba almorzando en familia cuando le llego su mensaje, a lo que no pudo evitar sonrojarse frente a toda su familia, haciendo evidente que no era un mensaje cualquiera el que había recibido. Y buscando alguna escusa razonable, que no la encontraba, pero a nadie le importo, solo fue una anécdota más de ese domingo en familia. Lucia no paro en toda la tarde de mandarle mensajes a Enzo, como para compensar el mensaje del mediodía, y quedaron de juntarse al atardecer a tomar unos mates y dar una vuelta.

Quedaron solos unos momentos, hasta que ella le mando un mensaje a su amiga, y esta venia con David, amigo de Enzo, los cuatro se quedaron conversando un buen rato, de todo un poco, como buenos amigos, o como dos parejas de amigos.

sábado, 29 de mayo de 2010

CAPITULO 1 "PERDÓN Y GRACIAS, ALGO SE ROMPIÓ"

“Ni lo tomo ni lo tiro, solo te lo agradezco, perdón si por mi culpa cambio algo en vos, no me di cuenta cuando fue que sucedió, perdón y gracias”.

Fue lo que le dijo Lucia a Enzo justo antes de dejarlo y que el quedara de rodillas, con el corazón roto, la mirada perdida y preguntándose qué le había pasado.

Mientras Lucia caminaba y se perdía en la oscuridad de las pocas iluminadas calles de la ciudad, Enzo seguía ahí, sin sentido, ya se había sentado en un muro, no tenía fuerzas ni para seguirla, ni para correr en la dirección contraria. Sentía que su mundo se había terminado otra vez, a medida que pasaban los minutos, el seguía sentado mirando el piso y sin sentido.

Pasaban las horas solo ella ocupaba sus pensamientos, no podía ver nada a través de sus ojos vidriosos a punto de romper en lagrimas. Mientras ella aunque no estaba feliz de la decisión que había tomado, pero en ese momento creía que era la correcta, llego a su casa y se tumbo en la cama a llorar.

El llamo a su amigo David y lo invito a tomar una cerveza, de inmediato este supo que algo no andaba bien por el tono de voz, y porque siempre que estaba mal, hacia lo mismo, por eso no dudo en salir en su moto, pasar a buscar a su amigo, por esa esquina donde estaba sentado y seguir camino hacia el parador a compara unas cervezas, pero la angustia de Enzo era más que evidente, especialmente por como tomaba las cervezas una tras otra sin detenerse y sin que se le fuera esa cara de dolor que tenia. Para David era evidente que algo andaba mal con su amigo pero no quería preguntar, sabía que este no contestaría ninguna pregunta y que hablaría solo si lo necesitaba o quería, la experiencia lo había llevado a conocer mucho a su amigo.

Simplemente en un momento Enzo comenzó a caminar con una cara totalmente inexpresiva, con la cabeza gacha y las manos en los bolsillo, simplemente no tenía nada para ofrecer en ese momento, camino mucho esa noche, no fue directo a su casa, sino que camino y camino tratando de dejar atrás su pena pero no le era posible para nada le era posible dejar atrás su pena, esta le hacia una marcación personal, no lo dejaba tranquilo. Simplemente se sentó en un muro después de pasar por una estación de servicio a comprar cigarrillos, y tomo el primero no antes de dar vuelta uno, para fumarlo al final como era su ritual. Justo al momento de encender el primar cigarro recordó que hacía mucho tiempo que no fumaba, dado que le había prometido a Lucia dejarlo.

Simplemente, fumo ese cigarrillo, pensando en ella, el dolor seguía, pero parecía no querer matarlo en aquel momento, más bien le producía una especie de nostalgia de los buenos momentos.

Justo en ese momento llega su amigo David y se sienta a su lado sin decir palabra alguna.

- volviste a fumar boludo, le dijo David a su amigo

- Lucia me dejo ¿qué sentido tiene todo ahora?, replico Enzo, ¿te acordás de cuando la conocí?, siguió diciendo

- como olvidarme boludo, no hablabas de otra cosa que no fuera de ella. Respondió su amigo.

Enzo se hechó para atrás, miro el cielo estrellado, cerró los ojos, trato de recordar aquel momento en el que vio a Lucia por primera vez.

No había podido olvidarla en ningún momento, esa imagen se había grabado a fuego en su memoria, todavía recordaba aquella tarde en que caminando por la calle la vio pasar en moto con una amiga, y desde ese preciso momento supo que era a ella a quien quería y con quien quería estar, a pesar de que no era su apariencia física lo que lo enamoraría de ella.

El había pasado los últimos días con su imagen de esa chica que lo hizo voltear la cabeza, hasta que la vio saludar a su amigo David, eso era una oportunidad que no podía desaprovechar, en los siguientes días logro hacerse amigo de ella a través de su amigo que los presento, y en una conversación inocente un domingo a la tarde tomando mate, fue cuando Enzo sin darse cuenta le pregunto a Lucia cual era su mayor miedo, y como se estaban haciendo muy buenos amigos ella no dudo ni un segundo en contestarle, fue ahí que él se dio cuenta de que no era una más del montón y que definitivamente tenía algo especial.

-Todavía me acuerdo de aquel día que los presente, le dijo David a Enzo, y lo trajo a tierra de esa nube de recuerdos en que estaba y continúo diciendo. Ni me imaginaba que pudieran andar ustedes, la habías hecho bien. Cuando termino la frase abrazo a su amigo indicándole además de consolarlo que era momento de salir de ahí, se subieron a la moto de David y salieron camino a ninguna parte, era momento de despejarse un poco. Dieron vueltas un par de horas, después volvieron al parador, que estaban otros amigos, ambos acordaron no mencionar el tema de Lucia, principalmente David quería que su amigo se despejara un poco por esa noche.

Mientras Lucia estaba en su casa en un estado de absoluta apatía, miro su celular y empezó a mirar los mensajes que tenia guardados, aquellos que Enzo le había escrito cuando recién se conocieron, cuando él hacia todo tipo de cosas ingeniosas para llamar su atención. Empezó a leer aquellos primeros mensajes, donde el insistentemente la invitaba a salir, y aquellos donde él le hacía chistes sin sentido, solo para lograr tener alguna respuesta.

En todo eso sonó su celular con aquella melodía que ambos habían elegido, era un mensaje de David, preguntando las razones de porque su amigo estaba al borde del colapso, ella no sabía que contestarle hacia que respondió, con un “necesito tiempo para pensar algunas cosas”, y después apago el teléfono, para poder aislarse en sí misma. Ella estaba dolida también, pero segura que era lo mejor y que no podía seguir con esa relación.

Unos dos o tres días después, se volvieron a cruzar, el iba caminando y ella salía de su trabajo, no hubo palabras, el quedo paralizado, se detuvo el tiempo, no podía pensar ni actuar, se la quedo mirando, inexpresivo, si hubiera querido decir algo no habría podido, cada musculo de su cuerpo estaba completamente paralizado inmóvil. Ella lo miro le dio un beso y siguió, en ese momento tampoco podía decir mucho.

El demoro en darse cuenta de lo que le había pasado, se dio vuelta y la miro, no dejo de hacerlo hasta que ella se perdió en la vuelta de una esquina. Después pareció darse cuenta de que tenía camino que seguir, pero también sabía que ya no podía seguir ahí. No era un día lindo, precisamente todo lo contrario, mientras el caminaba empezaron a caer las primeras gotas y en pocos segundos se descolgó un increíble chaparrón, una lluvia cerrada en la cual apenas se podía ver unos pocos metros y él se detuvo de golpe, como si algo lo hubiera frenado, estaba parado en la misma esquina en que Lucia lo había dejado, volvió a sentarse en ese muro y sintiéndose totalmente desolado, se quedo mojándose, para que el agua tapara sus lagrimas, era su corazón que estaba roto y le dolía.

Lucia pudo sentir que algo andaba mal en el, tuvo la intención de llamarlo al celular o al menos mandarle un mensaje, pero no sabía que decir, que hacer, y simplemente no hizo nada, podía estar arrepentida, o no, pero cuando vio a Enzo vio en sus muy expresivos ojos el dolor que este estaba sintiendo, sabía exactamente que él no podría superarlo fácilmente. Se fue directo a su habitación, sentía una gran impotencia, no sabía qué hacer, ni con respecto a él, ni con respecto a ella, solo se quedo tirada en la cama otra vez. Mientras él seguía sentado en esa esquina ya la lluvia se había calmado pero sentía algo que le molestaba, algo que no lo dejaba estar tranquilo, algo que le quería hacer golpear todo lo que se le cruzaba, lo único que le daba vueltas en la cabeza, era tratar de encontrar una respuesta a lo que había pasado, su relación con Lucia no estaba siendo perfecta, nunca lo fue, pero siempre habían hecho que funcionara, quizás sería sus planes futuros, o que él estaba totalmente dispuesto a cambiarlos para estar con ella, y si había algo que no soportaba ella era recibir tanta atención.

Mientras creía creer que esto último podía ser la razón, se acordó aquella noche que se fueron del pub juntos por primera vez. Una sonrisa se esbozo en su rostro, no podía evitar sonreír ante la sensación que le producía aquel grato recuerdo. Estaba juntos por primera vez una noche en el mismo lugar como amigos, junto a muchos amigos mas, el ya se le había declarado, pero en aquel momento ella prefería una amistad entre ellos dos. El insistía en comprarle algo para tomar, pero ella lo rechazaba, fue insistente, y al final terminaron juntos la noche. Fue aquella noche que él le demostró cuan insistente podía llegar a ser cuando quería lograr algo que él quería, y ella demostró su manera de ser, la cual no le gustaba recibir demasiada atención.