lunes, 1 de octubre de 2012

CAPITULO 18- TODO SIGUE SU CURSO


La empresa de Enzo había despegado de gran manera, juntos con Vic habían tomado la decisión de irse del centro, aunque no se decidieron del apartamento, porque aun les era útil, ya que muchas veces Vic trabajaba hasta tarde y prefería quedarse en el apartamento, para volver temprano a la oficina, mientras que Enzo estaba disfrutando mucho más del aire libre, sobre todo desde que se compro una moto, para poder practicar un poco de enduro, una de sus pasiones, y aprovechando que vivían en una ciudad al pie de la montaña tenía muchos lugares para hacerlo. También disfrutaba en su nueva casa de un par de cachorros que habían comprado como compañía.

Lucia había vuelta a ascender en poco tiempo ya era encargada de una sección y tenía mucha responsabilidades, era claramente alguien muy respetada dentro de la empresa, su manera de ser, su fuerte personalidad la hacía mantener muy fuerte sus objetivos, se puso su sección a sus hombros. Los fines de semana no salía, no tenía tiempo, y el poco tiempo lo dedicaba a sí misma, quedarse durmiendo, salir al cine o simplemente a caminar los domingos a la tarde. Casi no salía con sus amigos, y a las únicas fiestas que iba eran a las que tenía que ir por obligación, ya que eran eventos oficiales de la empresa.

Una vez al mes o más, ella desaparecía unos días, no contestaba el teléfono ni estaba conectada. Simplemente no quería que nadie de su entorno supiera su relación. David y Gabi son casi los únicos cómplices, de la relación, hasta Enzo estaba por fuera de todo, sobre todo David omitía ese detalle dado a que la relación de este con Vic, estaba desgastándose mucho.

Enzo pasaba mucho tiempo en una pista de motocross cercana a su nueva casa, disfrutando de su nuevo hobby, dedicándole más tiempo en su rutina, incluso más que a su esposa, mientras Vic, muchas veces no volvía a la casa en las afueras que tanto había deseado Enzo, en cambio se quedaba en el departamento del centro, porque era mucho menos el tiempo que demoraba en ir ahí, hasta la oficina.

Lucia estaba feliz de nuevo, eso le decía a su amiga, que hacía mucho tiempo que no estaba tan feliz, tenía una doble vida, una en la cual era una ejecutiva ambiciosa, perseverante y emprendedora, y en la otra para la que tenía que viajar cientos de kilómetros de distancia, se convertía en una adolescente enamorada, de un músico que con su guitarra desnudaba su alma, que más allá de los tatuajes o el pelo largo y enredado, era un chico tierno, dispuesto a cuidarla, divertido, luchando por mantener la hermosa sonrisa de ella, esa sonrisa que inspiraba cada nota, cada armonía, y despuntaba todo en el más hermoso e increíble solo.


David lo noto  cuando un tiempo después de la gira se volvieron a juntar, eligieron un bar, este lamentaba que su amigo no estuviera, pero también estaba aliviado porque sabía que Lucia iba a estar presente. Cuando esos dos se juntaban cosas extrañas pasaban y esa noche le convenía a su banda, especialmente a su guitarrista que no pasaran.
La banda empezó a tocar, con la misma potencia de siempre, un gran tema detrás de otro, la fuerza de líder de David estaba más afirmada, su escudero en la guitarra que jamás lo dejaba de sin ese fuerte apoyo.  Cuando David anuncio un nuevo tema, el guitarrista, tomo el micrófono y dijo “por mi parte quiero dedicarle este tema a Lucia la chica que me está cambiando la vida”, el tema empezó totalmente distinto, con una potencia bastante fuera de lo normal, la guitarra estaba totalmente firme, y cuando llego el tiempo él solo, él le hizo una seña a David para que le diera una libertad extra. Para sorpresa de David, el nunca miro la guitarra durante el solo, simplemente le clavo los ojos en Lucia, e hizo el solo de guitarra más increíble que ninguno de los presentes había escuchado, fue un momento mágico, un momento similar a los que solo había vivido en ocasiones con Enzo.
Después de que todo terminó se juntaron, pero Lucia y su novio se fueron lo más rápido que pudieron, querían aprovechar el poco tiempo que tenían y se escaparon para la granja de él en las afueras.

Lucia, el lunes a la noche estaba volviendo de nuevo a su vida, para nada rutinaria, llena de trabajo para hacer, con poco tiempo para pensar en otras cosas. Pero al llegar a la casa, lo primero que hacía era salir a correr o hacer algún tipo de ejercicio si el tiempo no se lo permitía, después de bañarse, miraba el informativo, para después conectarse y hablar con su novio vía video llamada.
Era muy común que complementaran esas video llamadas con alguna escapada de fin de semana, muchas veces preferían lugares equidistantes de donde ellos vivían donde no cupiera la posibilidad de cruzarse con alguien conocido.
No se animaban a formalizar del todo su relación, dado a la vida tan diferente que llevaban y a la distancia que los separaba, simplemente se limitaban a disfrutar cada momento que tenían, que no eran muchos pero sumamente intensos y apasionados.
Estaban caminando por la costa esperando el atardecer, no eran de hacer mucho eso, ninguno de los dos era de esas cosas, pero ese fin de semana era para los dos, y estaban probando distintas cosas que les gustaban u otras que no tanto, buscaban intentar ser más una pareja.
Sentados los dos frente al mar, ella le decía que no sabía si formalizar la relación, ya que casi nadie fuera del circulo de la banda sabia que ellos dos estaban saliendo, tenia cierto miedo, que él se lo respetaba, el nunca se había metido en una relación, ninguno de los dos quería salir lastimado, y sabían que tenían que trabajar mucho para que fuera una relación estable y duradera.