viernes, 3 de agosto de 2012

LA CHICA DE PELO LARGO


Fue una tarde de otoño, cuando como todos los días se juntaba con los amigos después de salir de trabajar, tenia que seguir porque ya había empezado la facultad y no tenia tiempo que perder, los demás se burlaron un poco de él, pero siempre en broma, sabían cuan dedicado a sus cosas era. No tenia otra cosa en mente que triunfar, no se le pasaba absolutamente nada más por la cabeza, desde siempre no paro de estudiar, de trabajar, de aplicar todos esos conocimientos que siempre tuvo, nunca dejo de salir, de divertirse, de tener amigos y novias, pero tenia bien claras sus prioridades, y quería triunfar, sobresalir, destacarse, escaparse del pelotón, demostrar que era bueno.
Para todos sus objetivos en su vida, sabia que no tenia más opciones que dedicarse al 200% a lo que deseaba, se enfocaba en algo y lo lograba, y no era porque fuera extremadamente inteligente, ni que tuviera la vida acomodada, sino todo lo contrario, la dedicación era su gran virtud, estaba dispuesto a lograr algo y no dejaba que nada lo desenfocara de su objetivo, fue una virtud que descubrió su madre cuando de muy pequeño intento caminar, simplemente se callo un millón de veces pero no desistió hasta lograrlo, estaba en su ser desde que nació, en un parto complicado, en el cual un gran medico le salvo la vida, ese bebe quería vivir y estaba decidido, y fue así siempre, nunca perdió la sonrisa, nunca perdió la convicción. Aunque como él siempre decía, nadie es perfecto y todos tienen un punto débil.
Ahí estaba ella, la amiga de la novia de un amigo de él, ella era su punto débil, simplemente con una palabra destruía toda su entereza, simplemente lo dejaba tirado por los suelos, sin saber que hacer, era ella, podría conocer a millones de personas, pero era ella en particular la que le destruía el mundo, la que le hacia bajar la guardia, él podía liderar una revolución si se lo propina pero no sabia como conquistarla, a ella en particular, nunca tuvo problemas para habar con personas del sexo opuesto, de hecho se le daba muy bien eso, pero ella simplemente lo dejaba con la guardia baja y lo más vulnerable posible.
Fue esa tarde de otoño que la conoció, cuando paso a saludar a su amigo, estaba su novia y estaba ella, de pronto esa noche estaba tratando de dormir, y la imagen de ella no dejaba que se apagara su mente, y pasaron los días, quizás los meses y eso no dejaba de torturarlo, ella estaba ahí, no tenia problema para hablar con ella, pero cada vez que hablaban se daba cuenta que estaba sintiendo algo que jamás había sentido, estaba conociendo lo que la gente emocional llamaba amor, el trato de darle una explicación lógica a ese sentimiento, pero no podía ni controlar las pulsaciones de su corazón,  estaba totalmente fuera de control , por más que por fuera como siempre parecía un tempano de hielo emocional, por dentro tenia la propia batalla de las Termopilas, sus sentimientos más íntimos querían salir. Por momento no solo quería decírselo en la cara, sino quería gritarle al mundo que la amaba, pero no podía, no podía controlar eso, sentía que iba a perder el control y eso lo desesperaba.
Él siempre fue una persona racional, siempre calculo sus movimientos al milímetro con la precisión de un relojero suizo pero esto lo sacaba de contexto, después de todo el amor era irracional, pero el no creía en el amor, o no quería creer en un sentimiento que pudiera dominar a su poder de razonamiento, a su lógica casi perfecta.
Pero si era tan decidido porque no iba por ella, porque no la invitaba, el mismo no entendía, porque ella le bajaba la guardia de tal manera que no podía pensar en otra cosa que en ella, era como que si su cerebro se apagara con solo una sonrisa de ella.
Definitivamente era amor, pero cuanto más podría reprimirlo, cuanto más podría reprimir ese sentimiento que lo volvía totalmente loco, que lo desquiciaba por momentos, que lo llevaba a dejar el Heavy Metal por canciones románticas, ese sentimiento estúpido que lo había llevado a escribir poemas de amor, si eso era un invento para el, si ningún pensamiento era superior a la razón, no podía dejar que un sentimiento le ganara, que un sentimiento lo llevara a hacer algo irracional, ¿Qué tenia ella que con una sonrisa, podía tirar por tierra todos sus principios?, cuanto más lo negaba más fuerte era, pero sabia que cometería un error y se arrepentiría, sabia que si fallaba iba a sufrir, pero si había fallado mil veces en la vida y nada lo había detenido ni quebrado nunca porque seria esta vez que pasaría, eso era lo que hacia el amor, le dijo un amigo, músico y algo más emocional que él. El amor te hace creer en imposibles, no te deja pensar con claridad, y hasta hace que tu corazón lata más rápido cuando ese sentimiento es de verdad, es genuino, el amor es más que una palabra que se prostituía por músicos y poetas para vender más, no era ese el amor verdadero, el amor verdadero era ese sentimiento que no podes entender, que no podes explicar, que te hace sentir raro y te hace soñar. A veces no siempre tenia que ser a una persona, podía ser a muchas cosas, hay gente que se enamora de una ciudad, de un lugar, de un objeto y hasta de su trabajo. La pasión del hincha es amor. Esa era la explicación de su amigo, su argumento de lo que el creía que era el amor.
Pero a pesar de todo necesitaba una estrategia, necesitaba razonar cada palabra que iba a decirle, como actuar y hasta como vestirse para que ella se fijara específicamente en el, pero era ese el mayor error, creer que podía hacerlo. Quizás porque nunca le había preocupado específicamente una chica en particular, porque sus relaciones nunca dejaron heridas, quizás tenia razón esa novia que le dijo que era la mejor persona del mundo, pero tenia que aceptar que no todo se hacia mediante la lógica, y a veces hay que ser un poco más vulnerable, el nunca engaño, nunca maltrato, no estaba en el eso, pero quizás si lastimo de la manera más involuntaria y hasta inocente, con su manera de ser, estaba tan enfocado en sus objetivos que se olvidaba de sus relaciones muy a menudo, con sus amigos no era un problema, pero para sus parejas era algo que destrozaba las relaciones, no era insensible simplemente le costaba comprometerse a una relación como lo hacia con un trabajo , o una carrera. “una mujer nunca va a ser para mi más importante que un trabajo”, fue la frase y fue casi lapidaria para el.
Pero esos días ya de invierno, cuando volvía de la facultad de estudiar después de un día agotador, mientras iba escuchando música, y una balada de esas que a él le gustaban, saltaba en el reproductor, simplemente se le venia la imagen de ella a la cabeza, casi como por arte de magia ella estaba siempre en sus pensamientos, no podía evitarlo. ¿Y seguirla hasta el fin del mundo? Se preguntaba ¿Seria eso ahora una opción?, una expresión que siempre considero como una estupidez, a esas personas que dejaban a veces una carrera por una relación, nunca había entendido porque esas cosas, pero ahora las cosas estaban cambiando para el.
Se levantaba con ataques de ansiedad, después de soñar con ella, se quedaba horas mirando el rio pensando en ella, le pasaban muchas cosas que no podía explicar, simplemente sentir, o no sabía que era en realidad.
Y fue cuando terminaba el invierno, que le mando un mensaje, a pesar de todo ese huracán que había pasado por dentro de él, ese terremoto de emociones que ella provoco, el no dio ni una señal de nada, se mantuvo imperturbable por el exterior, y se hicieron amigos, pero no lo suficiente como para que la amistad le ganara a una posible relación. Ese mensaje la invitaba a tomar algo, tranqui para pasar un buen rato, pero el tomar algo, se transformo en una película y una cerveza después, pero nada paso. A  pesar de que solo pudo confirmar que estaba estúpidamente enamorado de esa hermosa chica, de pelo largo.
La segunda fue de nuevo la misma rutina, otra película elegida por ella, estaba ahí parado en la puerta del cine esperándola, como habían quedado, y ahí apareció ella, caminando con una elegancia digna de las mejores modelos, o que estas mismas le envidiarían, con un sonrisa que siempre la caracterizaba, esa sonrisa, amplia, franca, sincera, que traslucía la felicidad de una persona integra con muchas ganas de vivir, de no dejar nunca el resto, ese pelo largo y negro que era como estar mirando a los ángeles mismos, que dejaba un estela por donde pasaba, para después, cuando ella lo saludo, sentir su aroma, a algo que no podía describir y era como la más adictivas de las drogas, el más dulce de todos los perfumes, pero mirar sus ojos, era quizás lo que a el más le enamoraba de ella, esa mirada, profunda, expresiva, transparente, hipnóticos, intimidantes. Simplemente se quedo ahí parado, casi sin poder reaccionar, hipnotizado, drogado, loco o enamorado, ya no era el con ella ahí,  cuando sus labios se tocaron, ella sintió como él estaba bajando la guardia, él se sintió vulnerable, el tipo que no creía en el amor estaba totalmente enamorado sin quererlo, sin pensarlo, sin calcularlo, ella estaba ahí para alterarle los planes al más perfecto plan para su vida.