miércoles, 10 de octubre de 2012

CAPITULO 19- NO, TODAVIA NO


La situación entre Vic y Enzo se volvió insostenible, no saben bien porque pero decidieron terminar en buenos términos, él se quedo con la casa de las afueras de la ciudad, con todo lo que había en ella, incluidos los perros y por supuesto la moto de Enzo, mientras que ella se quedaba con el apartamento del centro, el auto que compartían decidieron venderlo y repartir las ganancias. La empresa era totalmente de Enzo por lo que no se vio afectada, a ella tampoco le interesaba. Firmaron los papeles, se dieron la mano y cada uno emprendió camino por su parte.

Enzo pasaba gran parte de su tiempo libre en casa con sus perros, en la pista, o buscando aventura por las montañas en la moto. David estaba ahí nuevamente para contener a  su amigo, pero algo que le llamaba mucho la atención era que después de casi dos años de matrimonio, no estaba tan mal, como si no lo hubiera afectado, el recordaba a su amigo,  aquel que había roto con su novia y estaba totalmente deprimido, ese no tenia nada que ver con este hombre que estaba viviendo su vida. A pesar de que si sentía la falta de una mujer a su lado, iba a ser difícil alguien que igualara al menos a Vic en todos los sentidos, pero Enzo tenia a sus perros, su moto, su camioneta, su empresa y una libertad de la  que nunca había disfrutado de esa manera, además que estaba su amigo del alma siempre cerca.

Si bien Enzo sabía que Lucia estaba saliendo con alguien y era serio, él no sabía quién era, y parecía no interesarle, mientras ella aun tenía dudas de cómo reaccionaría el, por alguna razón que ella no lograba entender eso le seguía preocupando mucho aun.

Enzo llamo a David, para invitarlo a una carrera un fin de semana, mientras que a Gabi le pidió que se hiciera cargo de su casa y de los perros por ese fin de semana, lo cual ambos aceptaron sin problemas, pero tampoco le dijeron que el viernes a la mañana casi a la misma hora que ellos partían estaba llegando Lucia a la ciudad.
Mientras Enzo y David pasaban un gran fin de semana en la montaña en una competencia regional de enduro, al que Enzo quería ir incorporándose, tomándose muy enserio su hobby, con ellos dos había ido también el mecánico que preparaba la moto, y entre los tres hacían de las suyas, ya que este último era el más fiestero de  los tres, David era quien aportaba seriedad al grupo como hombre casado que era, pero no demoraba mucho en entrar en confianza con todo el mundo. Enzo mientras estaba una nueva faceta en él, la de piloto, por alguna razón cuando arriba de la moto, se ponía el casco, ajustaba los guantes y con las antiparras listas, él se transformaba veía el mundo de otra manera y cuando tenía que acelerar lo hacía sin miedo, como si toda la vida lo hubiera hecho, se sentía muy bien haciéndolo.

Mientras Gabi recibía a Lucia, las amigas tenían el fin de semana para ellas solas, otra vez como le gustaba a ambas, Gabi no tuvo opción que llevar a Lucia a la casa de Enzo, mientras esta alimentaba a los perros, Lucia recorrió parte del lugar, sorprendida de lo tanto que había logrado el estando ahí, hasta le entro nostalgia sabiendo que muchos años antes, ella había tenido mucho que ver, para cambiar el curos de la vida de él.

Hasta el momento Enzo se había refugiado de todo lo que le causara dolor de su divorcio. Ni siquiera con su gran amigo había hablado mucho al respecto y el así lo respetaba, era la manera de ser de ambos, ya se conocían lo suficiente.

Después de que volvieron de la carrera, decidieron hacer una comida para festejar. Ya  lo habían decidido en el viaje de vuelta, por lo que David llamo a Gabi, para que no hiciera planes para  el otro día. Y como seguramente dormiría todo el día, ella sería la encargada de las compras, cosa que pasaba la mayoría del tiempo.

Como la comida iba a ser en la casa de Enzo, y Gabi tenía una copia de la llave, después de pasar por el supermercado, ambas se fueron para ahí, no dieron mucha importancia en un principio a el detalle de que Lucia conocería la casa donde él vivía solo, pero cuando llegaron, le sorprendió lo que Enzo había logrado, lo linda que estaba la casa y que grande están los cachorros, que poco tenían ya de cachorros.
Mientras Gabi estaba en la cocina guardando las bebidas en la heladera, Lucia se dispuso a recorrer un poco la casa, que no era muy grande, pero estaba llena de cuadros por todos lados, muchas fotos de Enzo en distintas situaciones, sus distintos logros, sus amigos, sus perros que eran casi la mitad de las fotos que había en la casa. Entre tantas fotos se logró reconocer en algunas, las más viejas, las que estaban en grupo, no las que estaban solos.
Después de hacer la recorrida, Lucia le pregunta a Gabi si no habría problema si invitaba también a su novio, esta no puso ninguna resistencia, supuso que Enzo no haría problema, ya había pasado suficiente tiempo, como para haber superado el tema.

Salieron de ahí, y volvieron a la casa de Gabi  a esperar a David que ya había avisado que estaban llegando. Enzo estación frente a la puerta del edificio donde vivía  David, para que este se bajara, y continuo hasta su casa, antes paro a dejar a su mecánico, que por otros compromisos no podía reunirse con ellos.

Enzo se bañó, y se puso a aprontar la parrilla rápidamente a la espera de que llegaran sus invitados. El tiempo había cambiado, pero algunas costumbres nunca cambiaban, por lo que David cuando llego, no se molestó en llamar a la puerta, directamente abrió y entro, a lo que todos lo siguieron, a nadie le extraño esa actitud de él, era algo totalmente característico.
Enzo sabía que Lucia estaba con su novio pero no sabía quién era, también conocía al guitarrista de la banda de David, que él estaba saliendo con alguien, pero tampoco la conocía, su sorpresa fue grandiosa cuando los vio. Saludo a ambos como siempre, hizo alusión a que hacía mucho tiempo que no la veía a ella.

Los temores de Lucia a la reacción de Enzo quedaron desestimados, él no le importó verla en pareja, o demostraba que así era, inclusive diciendo varias veces que hacían una buena pareja. Pero esa noche la estrella era Enzo y David que no paraba de contar anécdotas respecto al fin de semana que habían pasado, en cuanto a las promotoras todas las culpas las asumía Enzo que como único soltero del grupo cargaba con toda la culpa, en este caso con mucho gusto.
Terminaron temprano la noche, estaban algo cansados algunos, y otros además tenían que trabajar, las dos parejas se fueron por su lado, mientras David y Gabi se fueron a su casa, Lucia y su novio se fueron a la casa de él.

Estando Lucia y su novio en la casa de él, este le planteo la idea que estaba rondando en su cabeza desde hacía ya mucho tiempo. Él quería casarse, pero ella tenía sus dudas, le dijo que era algo que no podía decidir a la ligera, no estaba segura, tenía que pensarlo, porque tenía una vida lejos de él, y ambos tendrían que cambiar muchas cosas. Él lo tomo muy bien, entendió lo que ella le planteaba, era algo que había considerado y por lo que no había optado por una proposición romántica, sino una más meditada.

Después de que ambas parejas se fueron, Enzo se fue a dormir de inmediato, pero no pudo dormirse rápidamente, se quedó pensando en Lucia, por alguna razón no podía sacársela de su mente, se acababa de divorciar, pero le afectaba más verla a ella con otro, que lo que le había afectado el divorcio, por alguna razón no podía sacársela de la mente.

Los días continuaron, Lucia y Gabi iban por el local de Enzo, por la espera de que sus respectivas parejas terminaran sus jornadas laborales, donde conversaban de todo un poco, como viejos amigos que eran.
En un momento, quedaron solos Lucia y Enzo, mientras Gabi iba a buscar el auto, él no se pudo contener, como sabía que ella se iba ya para el aeropuerto y que no la iba a ver en mucho tiempo, le dijo todo lo que sentía, que ya había logrado lo que tenía que hacer ahí y que estaba dispuesto a dejarlo todo, para casarse con ella. Ella lo miro a los ojos, sabia cuan en serio hablaba él y que por eso tenía que ser totalmente franca. Le dijo que no estaba preparada para comprometerse, que ya su novio también se lo había propuesto y que ella lo había rechazado.
Salió, dejando a Enzo con cara de no saber qué hacer otra vez.