miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA LUZ DE SUS OJOS

Poco a poco la luz de sus ojos se iba apagando, había perdido el brillo que siempre irradiaba, esa que iluminaba todo a su paso, ya no era lo mismo.
Desde que su amiga había partido, ella estaba sin sentido, ese sostén que la hacia fuerte había desaparecido.
Esos momentos difíciles su amiga le hacia falta, no sabia que hacer y solo se tiraba a llorar por horas, sin consuelo, la extrañaba sin remedio. Su amiga, su consejera, su hermana de la vida, la había dejado, y el tiempo solo ahondaba la herida.

Poco a poco esa alma que irradiaba felicidad se iba apagando. Tenia buenos y malos momentos, pero siempre le faltaba algo, faltaba esa compañía con quien compartirlo todo.

Ni la tristeza ni la melancolía, pudieron dejar que él notara su belleza, pero tampoco pudo evitar su alma en pena. Romántico empedernido, grande de corazón quiso ser parte de su vida y su alma ayudar a curar, pero ella en su dolor se lo impedía.

Fueron largas noches de insomnio, de lagrimas derramadas, por la soledad, sin que ella supiera que de a poco, ese casi extraño intentando ser un amigo, se iba enamorando.
Fueron esas noches, que empezaron a compartirlo todo, horas y horas de charla, el intentando animarla, acompañarla y enamorarla, pero solo conseguía consolarla, le hizo saber que estaba a su lado, y que sin ella no iría a ningún lado.

Mientras el moría de amor por ella, ella moría de pena por haberse quedado sola, sin la compañía de esa hermana que la vida le había regalado y tan cruelmente se la había quitado.


Fue una noche de verano, una larga caminata, una cerveza en un bar alejado, son solo un viejo cantinero como testigo, que dejo a la radio como la peor banda sonora que pudiera elegir. Eran solo ellos dos,  el dolor de ella y la esperanza de él se juntaban cada vez más, cuando una lagrima calló por su mejilla y el delicadamente se la quito, mirándola fijamente a los ojos. Ella le devolvió la mirada, no necesito ninguna palabra más, entendió en ese momento porque él estuvo tanto tiempo a su lado sin esperar nada a cambio, y ella le devolvió una sonrisa, esa que le debía desde hacia ya un tiempo.