Poco a poco la luz de sus ojos se iba
apagando, había perdido el brillo que siempre irradiaba, esa que iluminaba todo
a su paso, ya no era lo mismo.
Desde que su amiga había partido, ella
estaba sin sentido, ese sostén que la hacia fuerte había desaparecido.
Esos momentos difíciles su amiga le hacia
falta, no sabia que hacer y solo se tiraba a llorar por horas, sin consuelo, la
extrañaba sin remedio. Su amiga, su consejera, su hermana de la vida, la había
dejado, y el tiempo solo ahondaba la herida.
Poco a poco esa alma que irradiaba
felicidad se iba apagando. Tenia buenos y malos momentos, pero siempre le
faltaba algo, faltaba esa compañía con quien compartirlo todo.
Ni la tristeza ni la melancolía, pudieron
dejar que él notara su belleza, pero tampoco pudo evitar su alma en pena. Romántico
empedernido, grande de corazón quiso ser parte de su vida
y su alma ayudar a curar, pero ella en su dolor se lo impedía.
Fueron largas noches de insomnio, de
lagrimas derramadas, por la soledad, sin que ella supiera que de a poco, ese
casi extraño intentando ser un amigo, se iba enamorando.
Fueron esas noches, que empezaron a
compartirlo todo, horas y horas de charla, el intentando animarla, acompañarla
y enamorarla, pero solo conseguía consolarla, le hizo saber que estaba a su
lado, y que sin ella no iría a ningún lado.
Mientras el moría de amor por ella, ella moría
de pena por haberse quedado sola, sin la compañía de esa hermana que la vida le
había regalado y tan cruelmente se la había quitado.
Fue una noche de verano, una larga
caminata, una cerveza en un bar alejado, son solo un viejo cantinero como
testigo, que dejo a la radio como la peor banda sonora que pudiera elegir. Eran
solo ellos dos, el dolor de ella y la
esperanza de él se juntaban cada vez más, cuando una lagrima calló por su
mejilla y el delicadamente se la quito, mirándola fijamente a los ojos. Ella le
devolvió la mirada, no necesito ninguna palabra más, entendió en ese momento
porque él estuvo tanto tiempo a su lado sin esperar nada a cambio, y ella le
devolvió una sonrisa, esa que le debía desde hacia ya un tiempo.